CAPÍTULO 30: A solas

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AGONEY

Había veces que no entendía el comportamiento de Raoul. El chico era espontáneo, pero hacía unas preguntas un tanto extrañas. Y Agoney, como es él, que todo se le escapa, le acabó contando que tenían problemas económicos. Se dio una bofetada mentalmente después de decirlo, pero vio que el rubio no puso demasiado interés en ello. Y en el fondo, hubiera preferido que se interesara más por el tema, o que le escuchara. Por lo menos ya estaba acostumbrado a ese tipo de cosas.

- ¡Mimi! No me estas escuchando.- Mimi hizo un puchero y centro toda su atención en el moreno.

- Lo siento canario. Va ahora sí.- Agoney retomó su explicación de lo que pasó la noche anterior en la cena, y él porque había salido antes. En cuanto vio que Agoney había acabado saltó con otro tema diferente.- ¡Ana y yo hemos quedado!

- ¿De verdad?- Agoney sonrió a su amiga.-¿Cuando?

- Pues hemos quedado hoy por la tarde, creo que iremos...

- ¿¡Hoy!?- Mimi asintió confusa.- Pero si tenemos que hacer el trabajo de historia, como me deje solo con Roi la mato.

- Ey, no la mates. ¿A que yo  no he matado al rubio? Pues tu tampoco.- Agoney le dio un golpe en el hombro.- Perdón, perdón. Jajaja. 

- Somos amigos Mimi. Y habla con Ana porque hoy no vais a quedar.

-Jooo. Ago que mañana tengo baile y el viernes he quedado con unos amigos para ir a ver...

- ¡Chicoos!- Ana se acercó sonriente y abrazó a Mimi. ¿Desde cuando se llevaban tan bien?

- Ana dile a Mimi que hoy no puedes quedar. Tenemos que hacer el trabajo.

- Oh, Agoney se me había olvidado. ¿No podemos quedar otro día?

Agoney cada vez estaba más enfadado. No pensaba pelearse más con Roi para cambiar el día. Y tenían que entregar el trabajo el lunes.

- Esta bien, el viernes quedamos tu y yo.- Agoney cedió. ¿Que podría ser lo peor de quedarse a solas con Roi? La respuesta era fácil: Todo. 

La noche anterior había avisado a Raoul de que no había clase así que tampoco abriría la academia. Ya era la hora de salir y aún no le había dicho a Roi que tendrían que quedar ellos dos solos. Le paró en el pasillo para comiunicarselo. Quedaron de testigos Cepeda y Carlos de como Roi pasaba de él. Agoney tuvo que agarrarlo del brazo y decirle que se estuviera quieto.

- Ana no puede quedar hoy, solo vamos a estar nosotros.- Cepeda alzó las cejas y Carlos se rió.

- Mira que directo el agonías.- Unas chicas que pasaban por allí empezaron a reírse entre dientes.- Si querías tenerlo para ti solito habérselo dicho.

- Cállate Carlos, joder.- Roi le dio una colleja y se encaró a Agoney, que a pesar de ser bastante alto, Roi le pasaba un poco. - Esta tarde a las 5 en la biblioteca, no intentes nada raro.

No le dio tiempo a aceptar la oferta,  pues dándole un empujón le apartaron de su camino para irse. Al salir, vio a Mimi hablando con un chico rubio, bajito, muy parecido a Raoul, que  resultó ser él. Mimi le estaba señalando y haciendo señas para que se  acercase.

- Hombre Ago, no sabía que venías a este instituto.  Yo he venido a acompañar a una amiga que tiene aquí al novio.  Jajaja.- Agoney miró a su alrededor para saber de quien estaba hablando. - Mira ahí están.

Agoney se quedó blanco cuando vio a Roi cogido de la mano de la chica rubia del otro día. Roi también le miró, pero hizo como si no le conociera.

- Roi, conoces a Agoney, ¿no?- Agoney se quedo callado, esperando la respuesta del otro.

- Sí, bueno, de vista. ¿A que sí?- Más que una pregunta parecía una amenaza. Asintió enérgicamente y se despidió rápidamente del rubio para emprender su camino a casa. Ni si quiera le dio tiempo a conocer a la chica.


Agoney llevaba esperando en la puerta de la biblioteca un cuarto de hora cuando por fin vio a Roi acercarse a él. En silencio entraron y se sentaron en una de las mesas más apartadas de la  entrada. Roi se sentó con el móvil mientras Agoney preparaba el ordenador. 

- Bueno... ¿empezamos ya?-Se notaba que estaba incómodo pero Roi no hacía nada para evitarlo.

- Vaya mierda ordenador coño, se me había olvidado que eres pobre.-Agoney quería decirle que él no era pobre, pero no iba a entrar en su juego.- ¿Y porque no ha podido venir la otra?

- Se llama Ana.-Roi puso cara de indiferencia y dejó  el móvil sobre la mesa.- A ver, hacemos un Power Point ¿no?

Estuvieron trabajando bien durante un rato, hasta que  llamaron a Roi por teléfono. Estuvo unos diez minutos hablando, al final, Agoney decidió cortarle.

- Va Roi, solo quedan tres diapositivas.- Roi le hizo callar con la mano y siguió hablando. Podría decir que desde que conoció a Raoul había ganado un poco de seguridad, pero claro es que ver como lo hacen los demás es fácil. Agoney iba a jugársela en un arranque de valentía.- Joder Roi, cuelga el puto móvil.

No es que lo chillara, pero una de las señoras de la biblioteca fue a echarles la bronca e hizo que Roi colgara el teléfono. Si las miradas mataran, Agoney estaría muerto. La señora ya se había alejado lo suficiente como para no oírnos.

- ¡Pero que coño haces! ¿Eres gilipollas?- Roi se acercó a Agoney y le levantó de la silla. Asustado se dejo levantar y que le empujara contra la pared. Acercó su cara  a la suya y pudo escuchar perfectamente su agitada respiración.- Si pudiera  te daba de hostias aquí mismo.

- Roi... suéltame...- Roi le había cogido del cuello de la camiseta y la apretaba fuerte. Aflojo un poco el agarre pero no lo soltó.- Como me vuelvas a tocar los cojones mientras habló con mi novia te voy a estampar la cabeza contra esta misma pared. ¡Me oyes!

-Si...- Agoney empezaba a ponerse nervioso y a respirar con dificultad. De repente le entró mucha calor. Intentó quitárselo de encima pero entonces Roi le cogió del cuello y le levantó un poco del suelo. Agoney se puso de puntillas y ahogó un grito de sorpresa.

- Ah! Y como le digas algo a Nerea o  a Raoul de mí, créeme que no te voy a dejar ni un solo hueso por romperte.- Roi apretaba cada vez más fuerte, y Agoney estaba a punto de echarse a llorar. Tenía sus manos alrededor de las manos de Roi,intentando que le soltara. No podía tragar y, angustiado, dejó escapar algunas lágrimas.

- Por... favor...Roi...- Nunca le había visto de esa manera y le asustaba lo que podía llegar a hacer. 

-Y ahora vais a acabar el trabajo vosotros...¡hijos de puta!- Roi soltó a Agoney, estaba nervioso, rápidamente cogió sus cosas  y se marchó. Agoney se dejó caer al suelo tocándose la garganta e intentando que no tener un ataque de pánico. Todo su cuerpo temblaba y decidió llamar a  alguien para que lo acompañara a casa.

Cuando vio que Mimi no se lo cogía le entro el pánico otra vez. Tenía que tranquilizarse si no quería tener un ataque de ansiedad. Ya le había pasado antes, tan solo tenía que concentrarse en su respiración. Volvió a llamar a Mimi, pero seguía sin cogerlo. No había nadie más a quien llamar que supiera, sin decir nada, que le necesitaba. Se estaba empezando a agobiar más. Buscó en su lista de contactos, y desechando la idea de avisar a sus padres, le dio al botón de llamar.

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora