CAPÍTULO 23: Redacción de inglés

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RAOUL

Se había asustado mucho cuando Agoney despertó de aquella forma, tan abrupta. Y se sintió fatal cuando después, llorando, le explicaba la  pesadilla donde él era protagonista. Aún así le había gustado que hubiera confiado en él para decírselo.  Pero, sin duda, lo mejor fue cuando abrazo al moreno, inspirando su olor y dejándose llevar cerrando los ojos. No habían sido más de 10 segundos, aunque si fuera por él se podía haber quedado horas abrazado a Agoney. 

El lunes a primera hora tocaba matemáticas. Raoul estaba nervioso, pero seguro. En la entrada había hablado con Mireya y se habían dado un fuerte abrazo, tan solo en una semana ya la consideraba una buena amiga y no quería perderla. La profesora traía los exámenes corregidos y fue entregándolos uno a uno. Cuando Raoul tuvo delante el suyo le entraron ganas de llorar. Había aprobado, con un cinco justo, pero había aprobado. Miro a la profesora que le sonreía.

- Muy justito señor Vázquez, pero al fin y al cabo estas aprobado.- Rápidamente se giró para mirar a Mireya y le dio las gracias.

Mireya se había unido al grupo de Raoul muy rápido, y es que no se habían separado ni un momento la semana anterior, donde iba Raoul, Mireya detrás. Por eso a segunda hora (no había venido el profesor) se pusieron todos juntos a charlar en una esquina de la clase.

- Un 10 ha sacado esta chica, ¿como puedes ser tan lista?-Aitana miraba maravillada a Nerea. Siempre sacaba buenas notas así que no era muy raro.

- Pues yo me conformo con mi 6'5. - Ricky era parecido a Raoul en eso de estudiar, prefería perder el tiempo en Instagram que estudiando para un examen.  

- Pues yo es el primer examen de mates que apruebo, el año pasado tuve que ir a recuperación.- La verdad es que Raoul aprobó algún examen, pero no le hizo media y tuvo que recuperar en junio.

-Un aplauso para el agonías del año. Jajaja. Tanto drama y has aprobado cabrón.- Las palabras de Ricky le hicieron recordar a Agoney. Se estaba empezando a obsesionar con ese chico.

Siguieron hablando de tonterías hasta que sonó el timbre. Se separaron para ir a las optativas que tenía cada uno. Raoul, acompañado de Nerea, se fueron a música.

- Os recuerdo que el último día para enviar el vídeo del concurso este sábado. Si sois seleccionados os enviaran un correo.- Él y Agoney ya lo habían enviado, así que no había problema. Si recibía algún correo se lo haría saber al canario en seguida.

Ya casi se había aprendido la canción, incluso se sabía la letra. Estaba orgulloso y se la iba a enseñar a Agoney en cuanto llegara a  la academia. Ya estaba saboreando el placer de la victoria (porque a Raoul todavía no se le había olvidado lo que pasó el primer día de clase, y quería demostrar al moreno que era un gran alumno y que sabía mucho).

Mireya le esperaba a la salida, habían quedado para hacer la redacción a las cuatro, pero para que le diera tiempo a Raoul de ir a la  academia, la había invitado a comer a su casa. 

- ¿Mamá?- Raoul había llegado a casa, seguido por Mireya, y entraba al salón llamando a su madre.- ¿Has visto mi mensaje?

- ¡Si!- Su madre salió por una puerta con el delantal puesto y saludó a Mireya con dos besos.- Así que esta es la chica que come con nosotros, ¿no? Que guapa.

Raoul ya estaba comenzando a ponerse rojo. Condujo a Mireya hacía su habitación para dejar la mochila y volvieron a bajar para comer. En la mesa ya se encontraban sus padres y la comida.

Durante la siguiente hora no pararon de hacerle preguntas a Mireya, aunque, lejos de estar incómoda, las respondía todas con una sonrisa. Raoul participo más bien poco en la conversación. Estaban interrogando a su amiga, y creía ver en los ojos de su padre que ella le gustaba , pero no precisamente para que fuera su amiga. Raoul siempre había considerado a su familia algo tradicional: una familia, un trabajo estable... y por eso se sentía presionado algunas veces para buscar pareja, o directamente le presentaban a chicas, hijas de los amigos de sus padres. 

Por fin acabó la maldita comida y Raoul cogió a Mireya de la mano y la llevó corriendo, escaleras arriba, a su habitación.

- Dios, que pesados mis padres.- Se apoyó en la puerta nada más cerrarla y miro a Mireya con una sonrisa.- Siento si eran demasiadas preguntas.

- No pasa nada. Me gustan tus padres, son muy simpáticos.- Raoul se tranquilizó un poco.

Se sentaron en el escritorio y Raoul le ayudó con la redacción. Era muy fácil tan solo tenías que hacer una review de alguna película, serie o libro que hubieras visto o leído. A Raoul se le daba muy bien el inglés, y le gustaba mucho estudiarlo. Más de una vez había pensado en irse al extranjero para hacer allí algún curso en inglés, pero nunca había tenido la suficiente confianza como para lanzarse a la aventura. Pero a Mireya se le daba fatal y a cada frase le pedía la traducción a Raoul. 

Menos mal que juntos se entendían y pudieron acabar antes de las 16:30, cuando ambos salieron de casa, uno hacía la academia, y la otra a su propia casa. Con un abrazo se despidieron y se fueron por caminos contrarios. No le había dicho a nadie que iba a una academia, solo a Mireya, porque le había preguntado. Tampoco sentía como si ocultara información , tan solo que aún no había salido el tema indicado para poder comentarlo.

Llegó a la academia con la mochila al hombro, y dentro de esta, su libreta de composiciones y la partitura de Creep. Esperaba que Agoney se quedara flipando y que, por lo menos, le dijera algo bueno de sus letras que aún no tenían música.

Entró en la academia, y como hacía ya una semana, no había nadie en recepción. Se dirigió a la sala del piano y sonrió al ver a Agoney tocando, concentrado en una partitura que reposaba en el atril.

- ¡Hola!- En cuanto Agoney levantó la cabeza a Raoul le cambió la cara. Un gran morado se podía observar en el ojo de Agoney que le miró mordiéndose el labio inferior, visiblemente nervioso.

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora