Todo estaba en silencio. Los dioses olímpicos habían bajado del Monte Olimpo. Poseidón tenía los ojos muy abiertos ya que se había encontrado con alguien que no esperaba ver.
Delante de él estaba un chico con el pelo negro claro y ojos azul gélido que lo estaba mirando con una mirada tan fría como su color de ojos.
Los semidioses que estaban presentes en el desayuno no comprendían nada de lo que estaban viendo. Un niño que iba con Artemisa y luego le plantaba cara a uno de los tres grandes. ¿Quién es ese niño?.
- Percy, como me alegro de verte. - Dijo el dios del mar al ver a Percy. - Dime, ¿cómo estás?
- Tu t'en fiches (No te importa). - Le dijo muy serio al olímpico. Poseidón se acerco a Percy ya que no había entendido lo que había dicho. - Si tu te rapproche, je crie (Si te acercas, grito).
- Lo siento Percy, tengo un poco oxidado el francés. - Dijo Poseidón a su supuesto hijo. - ¿Podrías repetirlo.
- Ha dicho que si te acercas grita. - Dijo Afrodita, la cual había bajado con el resto de los olímpicos para ver lo que estaba por pasar.
- ¿Y por qué? - preguntó él un poco contrariado.
- Parce que vous êtes dégoûtant (Porque eres repugnante). -Dijo Percy a su supuesto padre.
- ¿Qué ha dicho, Afrodita? - Preguntó el dios del mar.
- No quieres saberlo. - Dijo la diosa del amor mientras se acercaba al niño que la miraba con ojos curiosos. - Hola, soy afrodita la diosa del amor.
- Eres muy guapa. - Dijo el niño al contemplar a la diosa.
- Vaya gracias. - Dijo la diosa con una gran sonrisa mientras acariciaba la cabeza del niño. - Si me sigues diciendo eso harás que me sonroje. ¿Sabrías decirme quién eres?
- Soy Percy Jackson. - Dijo el niño con una sonrisa dirigida a la diosa del amor. - Y tengo motivos para no decir quien es mi madre.
- ¿Ni siquiera a esta diosa tan guapa? - Preguntó Afrodita.
- No puedo, le prometí a mamá que no lo diría si no es absolutamente necesario. - Dijo Percy sorprendiendo un poco a los dioses. - Dice que si digo quien es es muy posible que el rey me mate.
Todos se quedaron en silencio y los semidioses se giraron para ver a Zeus que miraba al niño con una mirada muy seria. Los dioses se miraban para intentar comprender mejor la situación. Después de unos segundos Atenea se acercó al niño con una mirada analítica.
Cuando estaba delante de él lo miró de arriba a abajo intentando descubrir cualquier indicio de quién podía ser su madre, ya que dio a entender que su madre es una diosa. Lo examinó detenidamente, el color de sus ojos, el de su pelo, el de su piel, hasta su carácter. Nada cuadraba con Poseidón. Cuando terminó de examinarlo se rió y se giró hacia los demás dioses.
- Poseidón, puede que este niño haya sido tuyo, pero ya no lo es. - Le dijo la diosa de la sabiduría al dios del mar haciendo que este le dedicase una mirada de confusión haciendo que esta sonría por la confusión de su rival. - La diosa que lo acogió hizo que Percy sea su hijo de sangre.
Al escuchar eso, el dios del mar, se quedó ojiplático. En un principio pensó que era una broma que le estaba jugando Atenea por esa pequeña rivalidad que tenían desde el patronazgo de Atenas, pero, viendo como actuaba su "hijo" y como era físicamente supo que decía la verdad. En el fondo él sabía que se lo merecía dejando a su madre de una forma en la que trató a la madre del niño. Para empezar, sabía que no podía haber repudiado al niño sabiendo que si lo hacía podría acabar con la vida de la madre y del niño.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...