Percy había estado viendo todo o que había estado pasando y, sinceramente, se estaba aburriendo mucho, las cazadoras solo se dedicaban a observar las calles y el cielo y los demás semidioses que estaban con él estaban empezando a quejarse, por lo que para escapar de las quejas se fue a por un bocadillo a un cafetería que estaba abierta, se coló en la cocina y fue a hacerse un bocadillo.
Tardó unos minutos en volver y cuando puso su mirada en la pantalla que daba a San Francisco estaba en plena batalla mientras Annabeth estaba siendo apoyada por los semidioses romanos. El tal Jason estaba ayudando a su amiga hija de Atenea y cuando terminó la pelea habló con un chico que era hijo del titán llamado Japeto y le caía bien ese chabal, por lo que decidió aceptar su ayuda y la de los romanos.
Después de esa pequeña charla se fijó en lo que estaban haciendo el resto de los semidioses, en ese momento vio algo que le molestó mucho, todos los demás, que no eran Annabeth y Luke, estaban siendo atacados por diferentes personas que eran leales a los titanes. Eso solo le daba a entender que Zero vendrá a por el en poco tiempo, por lo que tendría que avisar a todos los que estaban con el.
- Hola copito de nieve. - Dijo la voz de Thalia que estaba a la espalda de nuestro héroe. - He venido a ayudar a defender el Olimpo.
- Vaya gracias. - Dijo Percy al encontrarse con una amiga suya. - Toda la ayuda es bien aceptada.
Ella sonrió y fue a seguir a Percy ya que estaba yendo a avisar a todos lo que estaban con él. Al poco tiempo llegó a la zona donde estaban todos esperando para que su líder les dijera algo. Todos estaban en el hall del Empire State con caras muy serias, pero algunas se suavizaron cuando vieron a Thalia con Percy.
- Bien, os he mandado llamar para que nos preparemos para un posible ataque titánico. - Dijo el hijo de la nieve. - He visto lo que han hecho los demás y están bajo ataque, por lo que no sé cuando vendrán las tropas de Zero a este lugar, pero creo que será dentro de poco. - Informó poniendo serios a todos los que escuchan atentamente sus palabras. - Quiero que todos los arqueros estén muy atentos en las zonas altas de los edificios aledaños, hijas de Afrodita quiero que vosotras vayáis en grupo para que no os pase nada, Bianca y Nico, quiero que vosotros os encarguéis de ver a través de las sombras, si alguien está roncando quiero saberlo, no voy a ceder en nada que se traduzca en una posible abertura para e enemigo, ¿lo habéis entendido?
Tras decir eso todos asintieron y fueron a hacer lo que les mandó las cazadoras y algunos hijos de Apolo que había ido con él fueron a las zonas altas de los edificios cercanos que había por la zona, las hijas de Afrodita formaron grupos de tres para ir a explorar la zona y Nico y Bianca se sentaron en una zona donde daba sombra y cerraron los ojos. Por otra parte, los dos semidioses más fuertes que había en la zona, véase Percy y Thalia, miraban diferentes zonas con los espejismos que hicieron con arcoiris. En los espejismos se veían todas las entradas a la ciudad, ya sea túneles, puentes y ríos.
Todo estaba bajo control, incluido los conflictos que tenían los demás semidioses, es más, los Stoll y Bekendorf habían solucionado ya su conflicto y estaban haciendo cosas para arreglar los desperfectos que habían causado en la pelea, los demás estaban teniendo muy pocos problemas por lo que Percy decidió no preocuparse por ellos. El tiempo pasaba y todo parecía estar en una calma que no parecía estar acorde con la situación, como si fuese la calma antes de una tormenta y eso desquiciaba a Percy.
Thalia estaba a la derecha de Percy y esta veía lo que le sucedía al hijo de Quíone. Él estaba molesto por la ausencia de del enemigo, cosa que ella comprendía, pero todo era muy extraño para ella, Thalia había convivido con Ethan durante mucho tiempo y sabía perfectamente como pensaba, y según su experiencia, el hijo de Nemesis, debió haber atacado hace ya tiempo por lo impulsivo que era.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...