El lugar estaba oscuro, había poca iluminación que se sustentaba por unas pocas antorchas que estaba próximas al techo dejando el camino en penumbra.
Nuestro grupo de héroes estaban en un pasillo que estaba decorado con un montón de detalles de la Grecia clásica, cosa que extrañaba a los semidioses y al sátiro.
- Vale, tenemos que buscar a un monstruo que está seguramente en algún lugar de este laberinto y no tenemos la menor idea de como es este lugar. - Dijo Clarisse marcando lo obvio de la situación. - ¿Alguna idea?
Todos pensaron unos segundos. Nunca se habían visto envueltos en una situación similar a esta. Pensaron durante unos minutos hasta que Percy y Bianca dijeron a la vez. - Derecha.
- ¿Qué? - Preguntó Luke un poco confundido por lo que había oído puesto que el pasillo en el que estaban era una linea recta de camino.
- Mamá siempre de ha contado cada vez que nos metíamos en el laberinto de espejos de los parques de atracciones que siempre fuéramos con la pared de la derecha. - Dijo Percy explicando lo que quería decir. - Por lo que yo sugiero ir siguiendo la pared de la derecha.
Todos estuvieron de acuerdo, nadie había propuesto nada mejor, por lo que todos posaron una mano en la pared de la derecha y continuaron el pasillo en el que estaban. Al poco llegaron a una bifurcación donde siguieron seguir por la derecha llegando así a una sala amplia donde había estatuas de todos los olímpicos y grabados de los momentos más importantes de la mitología, mientras que en el centro de la sala había un hogar ardiendo calentando la sala.
Dicha sala debió ser como una sala de descanso para exploradores que se adentraban en el lugar para lograr descubrir cualquier cosa del laberinto. Nuestro grupo de héroes se separaron en esta sala para lograr examinarla con más atención. Luke fue a inspeccionar las estatuas de los dioses, los cuales no se parecían mucho a su apariencia normal, Hermes tenía la nariz un poco más afilada y era un poco más alto estando a la misma altura que Apolo, mientras que la estatua estaba como a una cabeza de este. Clarisse fue hacia las diferentes salidas de la sala, había una en cada pared por lo que eran cuatro entradas, y procedió a escuchar si se aproximaba algo o alguien a ese punto, pero solo escuchaba el eco de su respiración. Grover se aproximó al hogar, del cual se podía apreciar que emanaba calor familiar cortesía de Hestia, Grover intentó aproximar más o menos cuantos años podía tener dicho hogar. Estaba hecho de bronce celestial, por lo que tenía unos cuantos años siendo una sala bastante antigua. Mientras que nuestra pareja favorita estaba observando los murales que habían en las paredes, observando como fue el nacimiento de Atenea, el enfrentamiento que tuvo Apolo contra pitón y otras muchas escenas más que se repartían por las cuatro paredes que había en la sala en la que estaban. Una vez todos terminaron de explorar la sala en la que estaban se reunieron en el hogar que había en el centro de la sala.
- Vale, ¿hemos descubierto algo? - Peguntó Luke a los que estaban a su al rededor.
- Yo solo he visto que esta sala tiene mucho tiempo en este mundo. - Dijo Grover siendo el primero en hablar del grupo. - Se puede decir que estamos cerca del núcleo de del laberinto.
- En los pasillos que hay están por ahora vacíos. - Dijo la hija de Ares mirando fijamente las llamas del hogar. - Por ahora estamos a salvo, pero eso no quiere decir que la bestia del laberinto no esté por aquí buscando un bocado de media tarde.
- ¿Hay alguna bestia por el laberinto? - Preguntó con un poco de miedo Bianca.
- Oh si. - Dijo Luke recordando una "pequeña" charla que tuvo con cierta hija de Atenea que era como su hermana menor. - Minos encerró dentro del laberinto al hijo que tuvo su mujer con un toro en un acto de zoofilia. No me preguntes el motivo, no me acuerdo porqué fue, solo sé que un minotauro está por aquí haciendo cualquier cosa para cazar algún incauto que logre colarse dentro de este maldito sitio.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...