Ahí estaban ellos, sentados todos en un coche haciendo una escena un poco extraña, imaginaos lo siguiente una cazadora de Artemisa, y no cualquiera sino la teniente, dos semidioses olímpicos, un nieto de los reyes de los vientos y un sátiro, parecía el principio de un chiste muy malo.
Percy se situaba detrás del asiento del conductor, e cual ocupaba Zöe, mientras escuchaba las conversaciones de todos los demás. La teniente hablaba con Grover (ocupante del asiento del copiloto al ser el segundo con más edad al tener veintiocho) de diferentes formas de conservar el medio ambiente y Luke daba una charla a Annabeth de como poder usar mejor su daga para intentar pasar en unos años a una espada. En pocas palabras, Percy estaba muy aburrido sentado en su asiento sin hacer nada, solo podía dormir un poco antes de llegar a cualquier sitio al que pudieran llegar.
Ya cuando llevaban una hora conduciendo a Percy le venció el sueño. Cuando calló en los brazos de Morfeo él fue a parar al mismo hotel en el que estuvo la vez anterior que estuvo dormido. Percy estaba en una habitación con una chico de pelo negro, pudo recordar que él se llamaba Nico, que estaba jugando con unas cartas ordenándolas de alguna forma que a él se le escapaba de su imaginación. Cuando verificó que ese chico no estaba haciendo nada malo fue a ver por el resto de la habitación.
Percy se extrañó un poco ya que no veía a la chica llamada Bianca que estaba muy apegada a su hermano menor, le sorprendía que no estuviera con su hermano. Percy quería salir a explorar pero se dio cuenta de que no podía tocar nada en donde estaba, cosa que le causó un poco de frustración ya que quería saber si la chica estaba bien. En ese momento, Percy, pensó en la sala llena de juegos en la que había estado antes causando que la habitación en la que estaba empezaba a dar vueltas y vueltas causando un ligero mareo en Percy y cuando este se dio cuenta ya estaba en la zona donde estaban todos los juegos que vio la última vez que estuvo allí.
Caminó por la sala viendo como los imitadores de Elvis contoneaban sus caderas y decían "oh yeah" sin parar y se peinaban un tupé como si no hubiese un mañana. Percy ignoró eso y siguió su camino en busca de esa chica, tuvo suerte de que todas las puertas estuviesen abiertas ya que pudo llegar a una zona donde estaban las personas más mayores jugando juegos de cartas donde se apostaban monedas del casino y fumaban cigarros y puros, cosa que a Percy no le gusta. Ignorando por completo lo que estaba viendo siguió con su empresa hasta que llegó a un bar donde estaba sentada la chica tomando un zumo que se podía deducir que era de tomate o sandía.
- Bueno señorita, no se como le puede gustar el zumo de tomate. - Dijo el barman un poco sorprendido por su orden. - Yo pensé que elegirías un zumo más normal como naranja o manzana.
- ¿Qué puedo decir? - Dijo ella con una sonrisa mientras meneaba su vaso con ese liquido rojo. - Me gusta el tomate y el zumo, ¿por qué no juntar ambos?
- Lo decía porque es un zumo no muy popular, casi no lo vendo y me cuesta sacarlo a delante. - Dijo el barman mientras lavaba una copa con un trapo como cualquier barman de serie. - ¿Puedo preguntar por qué estas aquí ahora?
Ella suspiró un poco antes de tomar un sorbo de su bebida para luego contestar. - Pues mira, mi hermano Nico siempre ha sido un poco bicho por así decirlo. - Dijo ella mientras el barman asentían en comprensión e indicando que continuara. - Siempre he tenido que estar encima de él para que haga ciertas cosas como comer bien, que estudiara un poco o que se fuera temprano a la cama, y quieras que no, necesito un poco de tiempo para mi, como ahora.
- Es mejor que irse a un bar cualquiera y tomar alcohol como un loco. - Dijo el barman. - Aquí solo servimos zumos y algunas bebidas alcohol-free. - Dijo con una sonrisa haciendo que la chica sonriera. - Créeme, no debes darte al alcohol, eso solo hará que tu vida sea una mierda enorme, más grande que el mismisimo monte Olimpo en Marte.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...