La titanide cautiva

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Bianca había oído el pedido de ayuda de una voz femenina, por lo que fue corriendo en la dirección en la que la había oído. Ella corrió y corrió pero la voz que ella escuchaba, pero era muy suave, tanto que casi no se podía escuchar.

Llegó un momento en que la voz dejó de oírse, cosa que asustó mucho a la hija de Hades por lo que buscó como loca a la mujer que estaba pidiendo ayuda.

- Socorro...  - Dijo una voz baja de mujer. - Por... aquí...

Bianca fue rápida en la zona por donde provenía la voz de la mujer, al poco rato logró encontrar un edificio en ruinas. Logro entrar solo para encontrar a una mujer de pelo castaño y piel pálida de mucha altura, cerca de los dos metros. Ella estaba en un estado lamentable, tenía rasguños y heridas menores, los ojos vendados y atada con cadenas que colgaban del techo haciendo que la mujer tuviera que estar de pie obligatoriamente.

Poco a poco, Bianca logró estar a la atura de la mujer que estaba cautiva.- Hola, soy Bianca.  Dijo la hija de Hades intentando llamar la atención de la mujer. - Quien te ha hecho esto.

- Mis... hijos... - Dijo de una forma muy débil. - Ellos... no me apoyan... necesito ayuda... por favor.

- Tranquila llamaré a mis amigos. - Dijo Bianca un poco nerviosa por el estado de la mujer. - Enseguida vuelvo, tú aguanta.

Tras decir eso Bianca salió corriendo por donde había entrado para buscar a sus dos compañeros para socorrer a la mujer que había encontrado. Corrió por unos minutos hasta que logró encontrar a Thalia la cual tenía mala pinta, muy pálida y con los ojos rojos.

- Thalia. ¿Qué te pasa? - Preguntó Bianca cuando estuvo al nivel de la hija de Zeus.

- Niños. - Dijo ella de una forma muy apagada. - Un montón de niños muertos en una escuela por el frío. - Dijo mientras las lagrimas salían de sus ojos. - No merecían eso, eran niños por los dioses.

- Tranquila Thalia. - Dijo Bianca mientras acariciaba la cabeza de chica que lloraba. - Ahora tenemos otra preocupación, he encontrado a una mujer que esta atrapada en un edificio y necesita ayuda, ayúdame a encontrar a Percy para que podamos sacarla de allí.

La hija de Zeus asintió y siguió a Bianca para encontrar al hijo de la diosa de la nieve. Corrieron por toda la zona donde el había estado investigado él, pero lo encontraron en una zona en la que no tendría que estar. Percy estaba sentado en una zona cerca del río como su estuviera pensando en algo.

Cuando estuvieron a su altura le contaron todo lo que había encontrado Bianca. Percy parecía no muy convencido de lo que estaba contando su novia, en general no parecía tener ganas de hacer nada, pero decidió seguir a las dos chicas hasta el lugar que estaba la supuesta mujer que le habían contado.

Ellos salieron corriendo guiados por Bianca hasta la zona donde estaba la mujer atrapada. En cuanto Percy vio a la mujer se le endureció el rostro.

- Bianca, parece mentira que por todo lo que hemos pasado todavía no reconozcas a una titanide cuando la ves. - Dijo Percy un poco enfadado por tener a un titán delante de él.

- ¿Qué quieres decir? - Dijo Thalia un poco confundida.

- La mujer que tenemos delante es Aurora. - Dijo Percy enfadado. - Gracias a ella esta ciudad está cubierta de nieve y hay cadáveres en los edificios.

- No es mi culpa... - Dijo Aurora muy débilmente. - Mis hijos me han hecho esto...

- Por dios. - Dijo Percy. - Todo el mundo sabe que cuando un dios esta atado, encarcelado o atrapado no puede utilizar su magia, y dudo mucho que esta ciudad se haya cubierto de nieve porque sí.

- Las cadenas... están hechizadas. - Dijo la titanide llamando la atención de los semidioses. - Extraen mi magia... y hace que haga cosas malas.

Percy quiso seguir hablando pero de repente las cadenas que sujetaban las manos de la titanide empezó a brillar en un tono azulado haciendo que la titanide gritase de dolor para que  poco después una nueva ventiscas azotara el lugar causando estupor por parte de Percy, ya que todo lo que había dicho Aurora era cierto.

El notar esto, Thalia cogió la lanza que le habían hecho los hijos de Hefesto y rompió las cadenas de la titanide haciendo así que ella cayese al suelo con una respiración agitada por estar perdiendo poder mágico por las cadenas. Una vez libre de sus ataduras intento levantarse con la ayuda de Percy pero al poco se escucharon unas voces que marcaban descontento.

- Son mis hijos. - Dijo Aurora cansada. - Vienen dos veces al día... vendrán para saber porque la ventisca habrá parado.

- ¿Son fuertes? - Preguntó Thalia con ira.

- Lo suficiente como para vivir por debajo de las capas de nieve. - Dijo ella cansada. - Lo más seguro es que la hija de Hades pueda vencerlos, puede que sean fuertes pero también son mestizos por lo que tienen un aguante limitado.

Eso pareció convencer a los tres semidioses. Ellos se juntaron para trazar un plan, al rato llegaron a la conclusión de que se esconderían para poder evaluar la situación y saber cuantos enemigos iban a su posición. Por lo que se escondieron y esperaron a que viniera el enemigo a por ellos.

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Bueno, después de limpiar la piscina y estar más o menos a medias con la limpieza anual del jardín he podido publicar un poco.

Para los que me siguen desde un inicio (es decir hace mucho) voy ha empezar a publicar la última parte de semidioses hawaianos, todavía no se como llamarla, pero será en dos semanas.

Espero que de verdad os haya gustado el capítulo, aunque sea corto, que os haya entretenido que para eso está y hasta la próxima.

Percy Jackson el señor del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora