Cuando la diosa de la caza vio a niño se quedó bastante sorprendida, no esperaba que ese niño fuese el hijo de la diosa de nieve. Si padre se entera de esto mandarán que lo maten, lo más seguro es que manda a Ares, ese maldito sádico.
- Explícamelo - le exigió Artemisa a la diosa de la nieve.
- ¿Y qué quieres que te explique? - le dijo la diosa de la nieve - ¿qué su madre, que estaba moribunda, me pidió que criara a su hijo porque su padre, que es olímpico, lo había repudiado haciendo que sea más vulnerable a los monstruos?, ¿es eso lo que quieres oír?.
- ¿Qué? - dijo la diosa - ¿Qué dios es su padre?, por su apariencia no logro sacar una conclusión clara.
- Es que antes no tenía el pelo negro claro y ojos azules - le dijo Quíone a la diosa de la caza - antes su pelo era de color negro puro y ojos verde-mar.
- Espera... - dijo la diosa de plata - ¿Poseidón?.
- Eso creo - dio la diosa mientras observaba a su hijo que seguía abrazado por la ninfa de la nieve Fio que estaba llorando - y como veras, no voy a entregártelo.
- Pero mi padre exigirá un explicación de por qué he estado en tu territorio - le dijo la diosa de plata - y si mi hermano Apolo está presente sabrá cuando miento.
- Me da igual - dijo la diosa - si encuentro a algún dios olímpico en mi dominio acabaré con él, aunque fuera el mismísimo rey.
Las dos diosas en ese momento se cruzaron de brazos y se miraron la una a la otra intentando intimidarse mutuamente. Mientras se miraban, Zetes y Calais estaban intimidados por las presencia de las dos diosas. Se mantuvieron así hasta que la diosa de la nieve notó un pequeño tirón en su ropa haciendo que girara la cabeza para ver a su hijo ocultándose detrás de ella.
- ¿Qué pasa cariño? - dijo Quíone mientras se ponía a su altura.
El pequeño Percy solo abrazó a su madre, esto sorprendió a Artemisa ya que no esperaba que un semidiós, más de un olímpico, sea tan cariñoso con una diosa que no le gustan los mortales.
- No peleéis - dijo este en voz baja - no quiero peleas.
Quíone cambió su cara a una digna de una madre mientras acariciaba la cabeza de su hijo. - Cálmate, no va a pasar nada, ya no estamos peleando.
Los dos siguieron abrazados bajo la mirada de Artemisa, no entendía lo que pasaba, en su mente no encajaba esta escena.
Mientras esos dos estaban abrazados apareció Boreas con una cara de tranquilidad mientras se dirigía hacia a Artemisa.
- Bon olympique (Buenas olímpica) - dijo el rey de los vientos del norte - Vous êtes surpris par le comportement de ma fille, n'est-ce pas? (te sorprende el comportamiento de mi hija, ¿verdad?).
- Lo siento - dijo la diosa de la caza - pero no le entiendo.
Boreas se rió en voz alta, extrañando a la diosa en el proceso.
- Bueno, a lo que iba.. - dijo la diosa de la caza - ¿qué se supone que debo decirle a mi padre cuando me pregunte?.
- Dile lo que quieras - dijo Quíone - ya sabes lo que voy a hacer.
- Se lo diré a la caza - dijo Artemisa - por si algún día volvemos para que no le hagan nada, por lo que volveré ahora.
Un poco más tarde, con la caza.
Se podía ver una figura de una chica de más o menos doce años. Ella se podía ver un tanto distraída, como si estuviera pensando en algo, algo que muy importante, tanto que no se dio cuenta de que había llegado con sus compañeras cazadoras las cuales la estaban esperando en un pequeño campamento improvisado.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanficSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...