Hiperión estaba delante del semidiós de la nieve. Estaba con una sonrisa en su cara, pensaba que si solo enfrentaban a un semidiós tendría la victoria asegurada por lo que empuñó sus armas y miró con suficiencia al semidiós que tenían delante.
- ¿Qué te pasa canijo? - Dijo el titán del brillo con una sonrisa de suficiencia en su rostro. - Para poder derrotarme tendrás que llamar a más de tus amiguitos para poder hacerme algo de daño.
- No me hace falta pelear para hacerte daño. - Dijo Percy mientras metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones. - Después de todo, no eres más que un titán con el poder más inútil que hay entre los titanes.
- ¿Qué has dicho? - Dijo este muy enfadado por lo que había oído de Percy.
- Eso, que eres un completo inútil, por eso no has llegado nunca a ser comandante de Cronos, incluso Atlas lo consiguió antes que tú y eso que es tu sobrino tonto. - Explicó Percy con una sonrisa que sacaba de quicio al titan. - Tú no podrás hacer nada contra mi.
Hiperión se hartó de escuchar al semidiós con aires de grandeza, por lo que mandó un brillo cegador hacia Percy. Pero él tenía un plan, concentró un poco de energía en la humedad del aire creando así un poco de nieve que colocó delante de él.
Ese movimiento le pareció una estupidez al titan de la luz, por lo que intensificó la luz que estaba mandando al chico. Pero algo no salió bien, fue cegado por la misma luz que estaba mandando al semidiós, tanto que casi quemó sus propios ojos obligándolo a parar.
- ¡¿Qué clase de brujería es esta?! - Gritó exasperado por haber sido atacado por su propio ataque.
- Por lo que puedo ver tampoco eres muy listo que digamos. - Dijo el hijo de Quíone con una sonrisa. - Pero creo que es normal, los seres como tú no tienen un cerebro tan desarrollado como el nuestro, pero te lo explicaré para que veas lo buena persona que soy. En este mundo cuando algo tiene un color es porque retiene ese parte de la luz con el, es decir, pongamos que tienes una cartulina de color azul, la cartulina recibe de la luz todos y cada uno de los siete colores que la luz porta, pero al momento de reflejar la luz devuelve todos los colores menos el azul. - Explicó Percy como si fuera un profesor. - Cada objeto en este mundo refleja la luz, escepto si el material es negro, que la absorve, ahora, ¿Qué pasaría si relfejas luz en algo que es de color blanco como la nieve? - Preguntó al aire pero no recibió respuesta del titán. - Reflejará todos y cada uno, en pocas palabras, refleja la luz, más precisamente, refleja un 90% de la luz que recibe. Por lo que si tú me atacas con luz, tu recibirás la mayor parte de daño y yo estaré completamente a salvo. Es pura física.
Hiperión no parecía haber entendido algo de lo que le había contado el semidiós, lo único que sabía es que no podía usar sus poderes. No le importaba mucho ya que le gustaba más pelear con sus armas, pero usaba la luz para tener ventaja a la hora de pelear.
El titán se frotó los ojos, los cuales estaban llorosos por la luz que habían recibido. Estaba muy molesto tanto que le dio igual su estado y arremetió contra Percy con solo su lanza en sus manos con la intención de picarle desde una distancia más o menos segura para él. Pero estaba equivocado, Percy congeló la superficie del suelo haciendo que le titán se resbale mientras corría haciendo así que perdiera el equilibrio dejando muchas aperturas a su contrincante. Percy le gustó ver esto y con una sonrisa creo estacas de hielo que mandó a puntos vitales del titan para acabar con su vida.
Casi lo consigue, las estacas habían conseguido perforar el costado derecho del abdomen del titan y causar dos heridas grabes en el muslo derecho de este, las demás estacas fueron destruidas por el titan y su lanza. El icor dorado fluía por sus heridas, las cuales eran completamente ignoradas por el titán. Percy no perdió tiempo en ir a golpear en su siguiente golpe en ese mismo lugar para causar aún más daño a su enemigo.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...