Ya había pasado unos días desde la aparición de Zeus en la casa de Percy. Desde la visita, Percy ha estado un poco gruñón con la gente en la que no confiaba como en los profesores y seres mitológicos que no eran parte del territorio de si madre.
En ese tiempo Bianca y Percy se hicieron un poco más cercanos. Les encantaba ir de paseo por el bosque e ir al cine a ver diferentes películas en la ciudad. Esto fue aprovechado por Nico para meterse con ellos diciendo que son novios causando así caras rojas y pequeños enfados en los dos.
Con lo referente a la escuela, todos iban medianamente bien. Sobresalían sobretodo en las clases de educación física debido a su naturaleza de semidioses.
Durante el tiempo en el que estuvieron juntos, las salidas de Percy y Bianca cada vez fueron más frecuentes. Llegando así al momento actual donde Percy estaban yendo al entrenamiento de tenis de Bianca para ir a recogerla para luego dar una vuelta.
Una vez llegó a las pistas donde entrenaba el equipo de su escuela fue a la cancha de tenis donde había unas seis chcicas jugando al tenis mientras una mujer de unos treinta años de pelo negro largo recogido en una coleta alta y que vestía con un chándal de color negro y morado que representaba la escuela al que pertenecía el equipo las supervisaba con una mirada analítica.
Percy, no queriendo interrumpir el entrenamiento, se sentó en un banco a ver como Bianca jugaba con la capitana del equipo que era una chica de último curso de pelo rubio largo rizado y ojos azules que le sacaba unos cinco centímetros más a Bianca. Unos minutos después la entrenadora sopló en un silba que tenía colgado de su cuello marcando el fin del entrenamiento y provocando que las chicas se pusieran a su alrededor.
- Muy bien chicas. - Dijo la entrenadora en un tono de mando. - El entrenamiento ha sido muy bueno. En cuanto os hayáis duchado podéis iros a casa.
Ellas asintieron y fueron al vestuario para ducharse, por lo que Percy bajó a la pista a esperar a que su amiga saliera de la ducha. Vio la pista de tenis con mucho detenimiento, en algunas ocasiones había jugado con Bianca al tenis y le costaba mucho sacar por lo que se sorprendía cada vez que sacaban y cada vez que conectaban pases sin que se salieran por las calles laterales.
Después de unos minutos salieron las chicas del vestuario y soltaron una pequeña risa al ver a Percy en la cancha y haciendo que Bianca tuviera la cara un poco roja.
- Hola. - Dijo Percy con una sonrisa acercándose al grupo de chicas. - ¿Cómo ha ido el entrenamiento?
- Muy bien. - Dijo Bianca con una sonrisa igual de grande. - En el próximo partido jugare en la posición dos, por lo que será el segundo partido.
- Iré a verlo. - Dijo el hijo de Quíone. - Venga vayámonos.
Ella asintió y se despidió de sus compañeras para irse con su primo a dar una vuelta por la zona. Mientras caminaban hablaban de cualquier cosa, no tenían nada que ver un tema con otro, solo les importaba estar juntos. Tras unos minutos caminando llegaron al bosque donde decidieron hacer un breve pausa para ver como un cazador era frustrado en su intento de cazar a un oso.
Una vez llegaron a su casa fueron recibidos por Fio. - Buenas tardes. - Dijo la ninfa de la nieve. - En este momento se está preparando la cena. Podéis hacer lo que queráis hasta esa hora.
Ellos asintieron y fueron a la habitación de descanso en la que se encontraba Nico jugando con una consola a un juego de tiros como diría la madre de Percy.
- ¡Nico! - Dijo Bianca al ver en lo que estaba jugando. - No puedes jugar a estos juegos ¡Son muy violentos para ti!
- No son violentos. - Dijo Nico pulsando el botón de pausa. - Cuando juego a esto no me dan ganas de llevarme una pistola a clase y ponerme a pegar tiros a todo lo que se me ponga por delante.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...