Los dioses que escucharon lo que dijo Percy se sintieron un poco aliviados pero también un poco confundidos. No sabían lo que significaba que le acompañaba su familia.
- ¿Qué quieres decir Percy? - Dijo un dios con cara pícara.
- Que mi madre, mis abuelo y mis tíos vendrán conmigo. - Dijo Percy aún muy serio. - Si alguno de ellos no viene conmigo me niego a ir.
- Y si no va Percy nosotros tampoco. - Dijo Bianca mientras sostenía la mano de su hermano menor. - O todos o ninguno.
Los dioses, menos Hera, Artemisa, Afrodita y Hestia que fueron junto a la diosa de la nieve, se miraron un poco nerviosos. Se juntaron para hacer una reunión de emergencia sobre que hacer. Estuvieron murmurando durante un buen rato, causando así que los semidioses se preocuparan un poco y siguieran tiritando por culpa del frío aumentado de Percy.
Cuando por fin habían terminado de hablar en su reunión, Zeus se adelantó un poco para hablar con Percy. - Lo hemos hablado. - Dijo este con un tono dramático. - Y hemos decidido que si superas una serie de pruebas podrás llevar a tu familia contigo al campamento. - Explicó Zeus haciendo que Percy asintiera con la cabeza. - Las pruebas que debes batir son tres.
- La primera ya la demostraste. - Dijo Poseidón poniéndose a la altura de su hermano menor. - Que es tener el suficiente valor como para enfrentarnos para ayudar a tu familia. - Dijo eso último con pesar.
- La siguiente será traernos la mejor pieza de caza que haya en este bosque. - Dijo Zeus aumentando su tono para hacerse notar entre todos los que estaban en el lugar. - Y la bestia más grande que hay en este bosque es un oso macho de tres metros de altura. Quiero su piel lista como si fuera una capa como hizo Heracles con el León de Nemea.
- De acuerdo. - Dijo Percy mientras se quitaba la chaqueta y el jersey para quedarse en una camiseta de manga corta. - Conozco a ese oso, todos los cazadoras de la ciudad lo han intentado cazar. ¿Se necesita algún requisito?
- Claro. - Dijo Zeus de morfa desafiante. - Tienes como máximo tres horas para matarlo y cinco para volver con la pieza en perfectas condiciones.
Percy solo asintió y se dirigió por un camino donde estaban los semidioses. Estos lo miraron un poco asustados y cuando pasó entre ellos murmuraron cosas como "¿De verdad lo va a hacer?", "Ese enano no lo conseguirá" y "¿No tiene frío?".
Una vez abandonó el grupo de adolescentes, se adentró en las profundidades del bosque sin saber que una paloma lo estaba siguiendo para que los demás pudieran ver a tiempo real lo que estaba haciendo. Percy no perdió tiempo en encontrar un rastro de ese oso, al cual los cazadores le habían apodado Maximus.
Buscó durante unos minutos y encontró la huella de un oso, pero al instante la desestimó alegando que era muy pequeña para ser la suya. La huella era prácticamente el doble de grande que su mano, lo que la hacía muy grande, pero no llegaba a la medida de Maximus. Tras una media hora encontró un árbol de tamaño medio con una gran zarpazo en el. Percy lo observó detenidamente, viendo la longitud del zarpazo, la profundidad del corte y viendo la dirección de este.
Rápidamente puso rumbó al norte y corrió con todas las fuerzas que tenía hasta que llegó a una cueva en la que se podía ver claramente que vivía un oso.
Mientras tanto, en el castillo con los demás.
Quíone no estaba muy preocupada por su hijo. Sabía a ciencia cierta que era un buen cazador ya que había traído más de una vez un ciervo para cenar y para adornar la sala del trono. Pero siempre será su pequeño bebé aunque no lo quiera admitir, y la idea de que se tenga que enfrentar a un oso no le hacía mucha gracia.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...