Explicaciones

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Ya todos estaban en Manhattan, por lo que decidieron ir a pata por no tener nada de dinero por el vuelo. Nada más salir del aeropuerto notaron la presencia de varios monstruos que estaban campando a sus anchas pero estando ocultos de la mirada de los semidioses ya que no querían morir a manos de estos.

- ¿No tenemos nada de dinero? - Preguntó Clarisse pensando que tendrían que caminar todo el camino que tenían hasta el campamento. - ¿Ni siquiera para un taxi?

- Estamos pelados. - Dijo Luke ganando el fastidio de la hija de Ares. - Lo que podemos hacer es llamar al campamento por iris-mensaje, pero yo no tengo drakmas.

- Yo puedo llamar a un chofer. - Dijo Bianca ganando las miradas incrédulas de todos los que los acompañaban ya que hasta ahora no había dicho nada. - Si, mi padre me dio un chofer zombie.

- ¿Y por qué no has dicho nada? - Dijo Luke con una sonrisa torcida.

- No me parecía relevante. - Dijo ella. - Además, no me gusta ese chofer, era un conductor de formula uno y va demasiado rápido para mi gusto.

- Bueno, ahora mismo no tenemos otra opción. - Dijo Grover. - Es mejor que estar caminando cerca de una o dos horas para llegar al campamento.

Ella suspiró para luego cerrar los ojos para concentrarse. Unos segundos después la tierra empezó a temblar haciendo que todos se tuvieran que sujetarse entre sí. Tras un pequeño terremoto apareció una limusina muy larga. En cuanto estuvo delante de ellos, la puerta de atrás se abrío como cualquier coche de lujo de hoy en día. En el interior del vehículo había asientos muy cómodos juntos haciendo algo parecido a una U y una mininevera donde había bebida de muchos tipos, desde refrescos a zumos pasando por bebidas alcohólicas que obviamente no iban a tocar.

- Au camp de métis, s'il vous plaît. (Al campamento mestizo por favor.) - Dijo Bianca por la ventana que separaba el conductor de los pasajeros.

El conductor no dijo nada, pero el arranque del vehículo fue mi brusco. Tanto que hizo que los semidioses terminaran cayendo de sus asientos menos Bianca que se había agarrado con fuerza a su asiento.

- Por esto no me gusta ocupar esta limusina. - Dijo ella con tristeza mientras que sus compañeros seguían moviéndose por el interior de la limusina.

Mientras que estos se estaban dirigiendo al campamento, estos estaban teniendo una batalla campal para mantenerse en sus asientos, y no se les ocurría intentar coger algo para beber, ya que lo más seguro es que terminara en todas partes menos en donde tendría que estar.

El trayecto duró unos pocos minutos y terminó en la puerta del campamento. El primero en intentar bajar y terminar en el suelo fue Grover, el cual estaba vomitando. A este le siguió Luke que se estaba tambaleando paro se mantenía de pie. Clarisse fue la siguiente que caminaba con ayuda de su lanza a modo de bastó y al final salieron Percy y Bianca que se estaban ayudando mutuamente para llegar a la entrada. En ese momento juraron no volver a usar ese método de transporte en lo que les quedaba de vida.

Unos minutos más tarde lograron llegar a la casa grande donde les estaba esperando Quirón y Dioniso mientras jugaban una partida de cartas con un animo un poco pobre. Una vez detectaron la presencia de los cuatro semidioses y el sátiro los miraron directamente con la cara completamente seria. 

- Por fin habéis llegado. - Dijo Dioniso mientras cogía un lata de refresco de marca blanco. - Me estoy hartando de probar otras marcas que son más asquerosa que la comida humana.

- Me alegra que de ya hayáis llegado. - Dijo el centauro con una sonrisa sentado en su silla de ruedas. - ¿Habéis visto algo importante?

- Algo muy gordo. - Dijo Luke como respuesta a la pregunta de Quirón. - Hemos descubierto que  existen hijo mestizos de titanes y humanos. - Esta respuesta no llamó mucho la atención de los dos responsables que hay en el campamento.

Percy Jackson el señor del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora