Percy se mantenía en sus pensamientos, no dejaba de pensar en una buena estrategia para la guerra que tenían entre manos. Lo único que se le ocurría era que podía congelar el terreno y tener así una gran ventaja contra el ejercito titán, pero obviamente os mortales que estaban en campo de batalla saldrían perjudicados por las bajas temperaturas.
Cuando se organizó el traslado todo se mantuvo en silencio. Los semidioses fueron al empire state para montar su campamento base. Algunas hijas de Afrodita montaron guardia en la puerta por si acaso, estaban actuando como activistas de una causa benéfica para un trabajo del instituto y las cazadoras subían a la azotea para vigiar desde las alturas. Nuestro protagonista estaba sentado en la sala de espera del ascensor pensando en lo que hacer.
- ¿Qué pasa frosty? - Preguntó Nico con una sonrisa cuando se sentó a su lado. - No se te ve buena cara como es habitual.
- Pensando en lo que hacer. - Fue la única respuesta que este dio. - Estoy dirigiendo un pequeño ejercito, tengo que hacerlo todo bien sin perjudicar a los mortales que haya por aquí y evitar que los malos destruyan os tronos de los dioses. - Explicó Percy a su amigo Nico. - Además de que cualquier cosa que haga puede tener repercusiones, si doy una mala orden puede que le cueste la vida a algunos de nuestros compañeros, tengo que tener la mente despejada y me cuesta mucho, es como si tuviera una gran tormenta de nieve dentro de mi cabeza.
Nico cuando escuchó esto se quedó unos minutos pensativo, sabía que tenía muchas responsabilidades en sus hombros, pero al parecer le consumía mucho. - Mira hermano. - Dijo el hijo de Hades. - Si necesitas aclarar tus ideas sal y da una vuelta compra algo para comer o de beber, pero hazlo ya. - Le aconsejó Nico. - Si tienes una tormenta en tu cabeza es mejor que la despejes no queremos que pase nada malo.
Percy pensó en lo que había dicho Nico y descubrió que tenía razón, por lo que delegó su posición en Zöe para después salir a dar una vuelta. Cuando salió vio a mucha gente paseando y hablando de cualquier cosa que Percy no logró escuchar, pero siguió su camino hasta que llegó a una cafetería donde se sentó en la terraza para que poco después una chica le atendiera para pedir un chocolate caliente. El día en el que estaban era u día medianamente normal, era nublado y hacía un poco de frío.
Desde la terraza podía ver diferentes cosas, estudiantes disfrutando de sus vacaciones de invierno, parejas caminando, familias con sonrisas y bolsas de la compra y también había hombres intentando conseguir una cita con alguna mujer guapa. Mientras tanto, en el empire state estaba Bianca observando a las personas que estaban entrando y saliendo de la institución, ella ya se había enterado del estado de su novio por lo que le había dicho su hermano y siendo sinceros, le preocupaba lo que pensase, él nunca estuvo muy de acuerdo en ayudar a los olímpicos en su causa por lo que le había hecho su padre biológico.
- Hola Bianca. - Dijo la hija de Atlas con una sonrisa. - Por ahora todo está bajo control, por lo que te puedes relajar si quieres.
- No me puedo permitir relajarme. - Dijo ella un tanto seria. - Esto que hay entre manos me preocupa, además ¿Somos suficientes para defender todo e olimpo?
- Se que es mucha responsabilidad, pero si ni siquiera Percy no se puede concentrar tendremos que salir a calmar los nervios, fíjate en tu novio, ha salido a tomar un chocolate caliente. - Dijo Zöe con un tono calmado. - Si quieres deja de vigilar hazlo, tómate tú tiempo, habla con tus amigas de Canadá o cualquier cosa, además creo que Percy estará al caer, tómate cinco minutos libre.
Tras decirlo Zöe salió de donde estaba para dejar sola a Bianca con sus pensamientos. Poco después subió a la azotea y contempló las vistas.
El tiempo pasaba y ya habían legado las confirmaciones de los demás equipos de que habían llegado a sus puntos de vigilancia en sus sectores, algunos más cansados que otros. Con ayuda de Iris, la diosa del arco-iris, pudieron tener una reunión de todos lo líderes. Por lo que habían visto, había muy poca cantidad de monstruos en las zonas en las que estaban, es como si querían formar pequeños grupos de exploradores para informar al hijo de Cronos. Luke había tenido que matar a dos grupos de perros del infiernos y empusas, pero por otra parte Bekendorf había tenido que enfrentar a un gran grupo de monstruos alados como furias y arpias, os cuales habían tenido algunos hijos de Apolo, que estaban de arqueros en el equipo, heridos con algunas heridas superficiales y lesiones de segundo grado como esquinces, pero nada que no se podía curar con ambrosía. Por otra parte, Silena había conseguido evitar cualquier confrontación con los monstruos para que no salieran mortales heridos.
- Muy bien. - Dijo Percy mientras hablaba con los demás. - Por aquí no había ningún monstruo según mis compañeros, por lo que aquí o todavía no han llegado o no han querido venir.
- Lo más seguro es que quieran debilitar todas las ciudades para conseguir más bases para abastecerse. - Dijo Annabeth pensando en lo que había escuchado. - En San Francisco había una fuerte presencia de monstruos, pero conseguimos reprimirla. Pero, a saber cuantas ciudades estarán bajo el control de los titanes.
- Pero tenemos que estar atentos. - Dijo Travis extrañamente serio ara su personalidad bromista. - Aquí no ha habido nada extraño, pero estamos completamente alerta por si se da el caso.
Siguieron intercambiando ideas y reportes de lo que había pasado. Una vez habían acabado se cortó la transmisión y Percy volvió a su posición observar lo que pasaba. Todo era tranquilidad, como la calma antes de la tormenta y eso no le gustaba. Su instinto le decía que no debía bajar la guardia por lo que comenzó a observar detenidamente a todas las personas que había a su alrededor. Por lo que sabía todo comenzará cuando los mortales se fuesen a dormir, por lo que se dedicó a observar a todas las personas que había por la calle, por ahora todos estaban bien, no parecía haber ningún cambio. Pero, poco a poco hubo un ataque de bostezos que se fue extendiéndose por las personas de todas las zonas que estaba a su vista.
Tras unos minutos de bostezos todos decidieron tumbarse en el suelo, en parte era cosa buena ya que algunos que estaban conduciendo decidieron parar y dormir con tranquilidad. Percy se puso nervioso y fue a su base para notificárselo a sus compañeros, pero ya parecía haberse dado cuenta ya que todo el lugar estaba lleno de gente tumbada en el suelo apilada en un rincón.
- Puedo ver que la guerra ya va a comenzar. - Dijo este al ver a los mortales en el suelo. - Quiero que os preparéis para una posible batalla que pueda venir en cualquier momento, hijas de Afrodita. - Dijo llamando la atención de las chicas. - Quiero que afinéis vuestra voz para poder hipnotizar a todo monstruo o rival que venga, hijos de Apolo, vosotros preparad los arcos y cualquier utensilio de medicina. - Explicó Percy a sus tropas. - Mientras Nico y Bianca quiero que vigiléis y llevéis a los mortales a algún sito seguro.
- ¿Y por qué? - Preguntó Nico un poco confundido por los mortales.
- Porque voy a crear una capa de hielo que me ayude a combatir con ventaja. - Dijo con una sonrisa. - Vosotros no tendréis ningún problema dijo para dar un abrigo especial a todos los que estaban con él. - Estamos a la defensiva, las cazadoras seguirán vigilando en la azotea. Vamos a defender esta mierda.
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Bueno, dos cosas tengo que decir. La primera es que hoy, cuatro de agosto, cumplo 21 años, y la segunda es que tengo ordenador nuevo, por lo que si veis algún error de ortografía muy gordo es porque me estoy acostumbrando al teclado nuevo.
Nada más, espero que os halla gustado, hasta la próxima.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...