La caída de Zero

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Los dos estaban ahí mirándose. Percy estaba muy serio y Zero lo miraba con una mirada desquiciada, como si su mente hacia tiempo que ya se hubiera roto, cosa que no sería nada descabellado ya que había malgastado tanta energía con eso de viajar entre lineas de tiempo que él mismo había destruido.

- Me das pena. - Dijo Percy con una mirada que mostraba un poco de tristeza. - Has perdido toda cordura con las lineas de tiempo paralelas.

- ¿Ves mi cara? - Dijo con indiferencia hacia el comentario que había dicho el hijo de Quíone. - ¿Ves que me importe?

Percy sacudió la cabeza por el poco razocínio que tenía el semititán. - Da igual, te detendremos y terminará todo esto. - Con eso dicho Percy se lazó a atacar a Zero con una espada de hielo que había creado en unos segundos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca Zero lo esquivó solo para darle una gran sonrisa digna del Joker provocando que le volviera a atacar cosa que hizo con unos dardos de hielo que salieron de su espada recortando su longitud haciendo así una daga, pero nuevamente volvió a fallar causando la risa de Zero.

- Te lo dije. - Dijo con la misma sonrisa que portaba el hijo de Cronos. - Me he aprendido todos tus movimientos como su fueras el boss final de un videojuego. Por ejemplo ahora que has lanzado los dardos tu cuerpo está en la posición para dar una patada. - Dijo para esquivar la patada que había predicho. - Y ahora lanzara unas estacas de hielo hacia mi pecho. - Dijo para luego dar un sato a un lado para esquivar los ataques que había hecho el propio Percy que lo miraba un poco fastidiado por saber lo que estaba pensando en ese momento. - Ves, no estoy loco, esto ha sido lo mejor que he hecho en la vida, se cada cosa que vas a hacer en cualquier  momento y tú no tienes ni la menor idea de lo que voy a hacer yo, esto es maravilloso. - Tras decir eso estalló en carcajadas que asustó un poco a todos los que estaban en la zona, incluyendo a los aliados el semititán.

 No había nada que podía hacer Percy, todo estaba visto y aprendido por su rival, por lo que no tenía nada pensado, lo único que se le ocurría era atacar sin pensar, pero siempre que hacía algo sin pensar siempre salía mal, como ese examen de física para que no había estudiado nada y terminó suspendiendo con solo medio punto. Percy dejó de pensar en eso y esperó el próximo movimiento de Zero el cual estaba de pie mirando a Percy con su sonrisa loca.

Estuvieron mirándose durante un buen rato pero nada había cambiado. Percy barajaba miles de opciones, su mente estaba funcionando a mil por hora, pero siempre llegaba a la misma situación que antes y eso le frustraba más que antes.

Cansado de esperar, Zero, saltó al ataque con su lanza apuntando a la cabeza de Percy. Con una simple carrera llegó a posicionarse delante de Percy, cosa que le sorprendió mucho ya que antes había visto que no era tan rápido como ahora, por lo que tenía que estar jugando con su poder. Rápidamente dejó de pensar en el semititán para intentar esquivar los ataques que Zero lanzaba a diestra y siniestra, cosa que no era sencilla para nada ya que sabía de ante mano en la posición en la que iba a estar.

Ese intercambió de golpes unilateral empezó a ir cada vez más rápido hasta que Percy no era capaz de mantener el ritmo haciendo así que saliera con alguna que otra herida menor y algún corte que este le hacía con la lanza. Cansado de recibir, Percy creó una barrera de hielo que usó solo para pararlo por unos instantes hasta que él pudiera retroceder unos cuantos metros para ganar un poco de seguridad a costa de su creación. 

- Venga Percy piensa. - Se regañó mentalmente el semidiós. - Tiene que haber algo que pueda hacer para derrotarlo, pero ¿Cómo? - Nuestro héroe empezó a pensar mientras que Zero intentaba romper la capa de hielo que cubría toda la calle para llegar a estar a su altura y tener su cabeza clavada en su lanza. - Si no recuerdo mal, dijo que siempre cometía el error de dejarlo con vida, ¿eso me quiere decir que tengo que matarlo? - Se pensamiento le dejó más frío que de costumbre ya que no le gustaba el hecho de acabar con la vida de otro ser vivo, ya le costaba cazar con las cazadoras en el bosque en el que vivía, pero algo le había enseñado la guerra, era matar o ser matado. Con eso en mente Percy se puso más serio y miró a sus compañeros que tenía a su espalda. - Quiero que os metáis en un edificio y selléis cualquier entrada que de a la calle, si el edificio es de una sola planta mejor que mejor.

Percy Jackson el señor del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora