Llegada al campamento

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El hijo de Hermes saltó con la espada en alto preparado para matar al cíclope y salvar a su amiga. 

El cíclope sacó de su espalda una porra de madera maciza del mismo tamaño que Luke. El cíclope, aprovechando que su contrincante estaba en el aire, le dio un mamporro y mandándolo contra un árbol causando en él un dolor que se extendió por toda su espalda.

A duras penas, Luke, consiguió ponerse de pie todavía con su espada en alto.

- Aguantas bien hijo de Hermes. - Dijo el cíclope al ver como el semidiós se levantaba del suelo con una expresión de dolor en su rostro.

- Soy un héroe. - Dijo el hijo de Hermes.

El semidiós se puso en guardia y esperó el golpe del Cíclope que no tardó en llegar. El enemigo lanzó un golpe a la cabeza de Luke. Este rodó y aprovechó la oportunidad y le hizo un corte en el brazo izquierdo de su enemigo causando así un rugido de dolor que se escuchó por todo el lugar. Después de eso Luke saltó a la espalda del cíclope para clavarle su espalda su espada para seguir haciendo daño al cíclope.

- Maldito enano. - Dijo el cíclope entre gruñidos de dolor. 

El cíclope no paraba de revolverse mientras el semidiós seguía con su trabajo en su espalda intentando causar el máximo daño posible. En un zarandeo del cíclope, Luke, cayó al suelo para luego recibir un golpe de la porra de su gran enemigo en todo el pecho dejándolo inconsciente y con un hilo de sangre saliendo de su boca.

Con Annabeth.

La pobre niña corría como si no hubiera un mañana completamente asustada. No miraba por donde corría y esto provocó que cayese al suelo haciendo así que llorase, no por el golpe, sino que también porque había escuchado la voz de Thalia pidiendo ayuda, por lo que la habría cogido ese cíclope.

Cuando se levantó, miró hacia atrás, para encontrarse con una figura que corría hacia ella. Annabeth. Con miedo sacó su daga y la levantó con las dos manos para poder defenderse. Cuando la figura entró en el campo de visión de la hija de Atenea pudo ver que era ese semidiós que iba con las cazadoras de Artemisa.

- Chica. - Dijo Percy al alcanzar a Annabeth. - No deberías alejarte demasiado, además, tus amigos necesitan tu ayuda.

- ¿Cómo qué? - Dijo ella con lagrimas en los ojos. - Soy una niña de siete años, no puedo hacer nada.

- Pero yo si. - Dijo Percy. - Si tú me dices como son las voces de tus amigos podremos saber donde están.

La chica pareció pensarlo un poco, pero al final accedió a ayudar al chico.

Ellos corrieron por el bosque mientras escuchaban atentamente lo que pasaba a su alrededor hasta que al final lograron escuchar algo.

- ¡Annabeth! - Dijo la voz de la hija de Zeus.

- ¡Ayúdanos por favor! - Dijo la voz de Luke como su estuviese muy débil.

- Tienen que ser ellos. - Dijo la semidiosa de Atenea. - Si hubiera pillado a Luke, este no se hubiera dejado coger, hubiera dado pelea.

El hijo de Quíone asintió y corrió con Annabeth en la dirección en la que había sonado la voz de sus acompañantes. Tras un buen rato corriendo llegaron a una zona donde había una hoguera enorme con dos troncos de un árbol colocados como si fueran asientos mientras que en dos arboles estaban atados Thalia y Luke, siendo este último el que tiene peor aspecto.

Los dos niños se acercaron en silencio al árbol donde estaba Thalia atada.

- ¿Thalia qué ha pasado? - Preguntó la hija de Atenea.

Percy Jackson el señor del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora