Hola San Francisco

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Percy estaba en el suelo cansado por la pelea que había tenido con el hijo de Eolo y la carcelera de monstruos. Para mala suerte del grupo de semidioses tuvieron que matar a semidioses par poder cumplir la misión que les había dado Equidna.

Tras un rato tirado en el suelo, Percy, logró levantarse con ayuda de Bianca. Cuando estaba de pie, la hija de Hades besó a nuestro héroe para que luego se separara con la cara muy roja. - Hay que volver a la misión principal. - Dijo esta mientras volvía a la prisión.

Tras eso, todos pusieron rumbo al interior de la cárcel para buscar la celda de la que habían salido en un principio. Pero la mala suerte que tenía el grupo no había acabado, en primer lugar habían perdido la celda que habían marcado y en segundo lugar, los semidioses que habían quedado inconscientes se habían levantado solo para que unos dioses menores que habían mandado los olímpicos para que los llevaran a juicio.

Todo era un revuelo que impedía que nuestros héroes pudieran avanzar más de un metro por la gran cantidad de gente que estaba en la cárcel. Tras una media hora lograron llevarse a todos los semidioses rebeldes que había en la zona de las celdas. Comenzaron a buscarla celda que había marcado Grover. Mientras buscaban, Percy intentaba acercarse a Bianca para poder hablar sobre lo que había hecho en el patio, pero era casi imposible ya que ella evadía cada una de sus palabras y esquivaba todas sus miradas.

Tras un rato buscando un grito de Clarisse demostró que había encontrado dicha celda para que se pudieran ir de esa maldita cárcel. Una vez se reunieron todos fueron al laberinto para continuar con la misión que le habían encomendado en un principio. Cuando volvieron al laberinto suspiraron por volver a estar dentro de ese sitio que a nadie de le gusta.

 Siguiendo el rastro que habían seguido en un principio llegaron a la zona del coliseo en unos minutos para que pudieran descansar un poco antes de ir a por Atlas para acabar con él o volverlo a poner debajo del cielo para que siga con su castigo que le había puesto Zeus hace tatos siglos.

- No podemos tardar tanto en descansar. - Dijo Luke mientras tomaba un poco de una bebida energética. - Ya hemos acabado con la esfinge, ahora hay que parar a Atlas.

- En un principio solo tenemos que saber lo que hace. - Dijo Percy mientras se limpiaba la herida mientras que Bianca le sujetaba un espejo delante de él. - No nos han dicho que tengamos que detener lo que está haciendo, tenemos que ver y comunicar, no tenemos que hacer nada.

- ¿Pero cómo puedes decir eso? - Dijo Luke un tanto sorprendido por lo que decía su amigo. - Tú antes no eras así. ¿Qué diría Annabeth si te oyera decir eso, o Thalia?

- Cuando tu padre biológico te repudia y causa la muerte de tu madre biológica, pues no le tiene mucho cariño a los dioses que no te hacen caso. El como acabe esto no me importa, solo protegeré a los que me importan.

- No puedo creer lo que estás diciendo. - Dijo Luke negando con la cabeza. - Pensé que eras diferente a los dioses que no son fieles a los olímpicos.

Eso causó que el ambiente que había en la sala en la que estaban se tensara mucho, tanto que la temperatura bajaba poco a poco por Percy. Unos segundo después Percy se levantó de donde estaba sentado para luego salir de la habitación.

- Solo es un cretino. - Dijo Clarisse mientras comía algo. - Déjalo, no lo necesitamos.

- Me sorprenden mucho. - Dijo Bianca. - No sabéis lo que ha tenido que pasar. No sabéis el miedo que ha sentido cuando era pequeño, no sabéis el acoso que ha sufrido por parte de los olímpicos y el como nos han defendido por parte de los monstruos que son atraídos por nuestro olor. No sabéis nada.

Después de decir eso fue en busca de Percy. Esta tarea fue muy sencilla ya que el camino por el que había ido estaba congelado. Siguiendo el rastro de hielo pudo llegar a donde estaba el inicio del camino señalado el camino hacia San Francisco.  

Percy Jackson el señor del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora