En cuanto Bianca localizó a Percy este estaba cayendo al suelo por el agotamiento de haber usado tanta magia en un espacio corto de tiempo. Pero lo que más le preocupaba era que tenía una herida en su ojo izquierdo que sangraba mucho, pero parece que su globo ocular no había sido dañado gravemente y podía seguir funcionando como siempre.
Bianca revisó todo su cuerpo buscando alguna herida aparte de la herida de su ojo, pero afortunadamente no había ninguna más.
- ¿Ya está? - Dijo la voz de Gorver que salía de detrás de un mostrador de peluches. - ¿Ya ha acabado todo?
Bianca no dijo nada y siguió mirando a Percy buscando cualquier cosa que pudiera ser una herida o fractura en su cuerpo. Por fortuna no había nada malo en Percy, por lo que decidió esperar a que sus compañeros lo encontrasen.
Poco después aparecieron Luke y Clarisse son sus armas listas para enfrentarse a cualquier monstruo hasta que vieron a Percy en el suelo inconsciente. - ¿Que ha pasado? - Preguntó el hijo de Hermes mientras se acercaba a Percy.
- No lo sé. - Dijo Bianca mientras intentaba parar la hemorragia del ojo de Percy. - Solo sé que tiene una herida en la cara que no para de sangrar.
- Tiene mala pinta. - Dijo Clarisse al ver el ojo. - Puede que no haya llegado al globo, pero tiene que ir a un médico, hasta que lo vea tenemos que tapar la herida.
Cuando terminó de decir eso, la hija de Ares cogió la mochila de Luke para sacar una camiseta cualquiera y romperla para hacer un parche provisional para el hijo de Quíone. Tras aguantar unas pocas quejas de Luke sobre su camiseta preferida intentaron despertar a Percy.
- Duele. - Dijo en voz baja cuando se despertó mientras se llevaba una mano a su ojo. - ¿Qué tengo en la cara?
- Mi camiseta favorita. - Dijo Luke un poco triste. - Tenemos que llevarte a un médico, tienes una herida en el ojo y te la tienen que tratar.
Percy asintió y con la ayuda de Bianca pudo levantarse y caminar ya que le costaba medir distancias y caminar con propiedad por el cansancio. Mientras caminaban por la calle, los mortales, se quedaban mirando al semidiós que ocultaba la mitad de su cara tras un trozo de tela ensangrentado. Llamaban tanto la atención que hasta la policía tuvo que pararlos porque unos niños se habían asustado al ver a Percy.
Tras explicar a los agentes de la ley una excusa barata de que por dejar una fuente de cristal cerca de una fuente de calor explotó y cortó la cara de su primo (NA: esas cosas pasan, a mí me pasó con un plato y se me quedó clavado un trozo en la mano) los escoltaron hasta el hospital más cercano que había en la ciudad. Clarisse no paraba de reírse mientras iban el el coche de la policía, por una vez era ella la que estaba sentada en la parte delantera mientras iban a toda velocidad con las sirenas encendidas mientras que en la parte de atrás un poco apretados para intentar dejar un poco más de aire a Percy que estaba empezando a ponerse más pálido de lo que era habitualmente.
Cuando llegaron al hospital todos bajaron del coche y entraron en la institución donde esperaban dos médicos preparados para trabajar y con una silla de ruedas donde depositaron a Percy para llevárselo lejos de sus amigos mientras ellos se quedaban en la sala de espera para esperar buenas nuevas. Al poco vino una enfermera que traía consigo una carpeta con unos papeles que llamó a los demás semidioses.
- Bueno, quería informaros que vuestro primo está bien. - Dijo ella calmando un poco a cierta hija de Hades. - Ha sufrido un ligero corte en el globo ocular que no ha dañado a su vista mientras que en corte de su cara había seccionado unas cuantas venas importantes, de ahí la perdida masiva de sangre. Ahora mismo está recuperándose, hemos hecho una costura en su herida cerrándola, pero tendrá que llevar un parche en el ojo durante aproximadamente seis horas para que el corte se cure y no se infecte con cualquier cosa que lleve el aire.
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Percy Jackson el señor del invierno
FanfictionSally se ve obligada a abandonar Estados Unidos porque Poseidón repudió a Percy, haciendo que sea más vulnerable a los monstruos, ella se va a Vancouver, pero un día, una jauría de perros del infiernos la atacan hasta casi matarla. Con sus últimas e...