La muerte de una cazadora

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Las cazadoras de Artemisa ya se habían movilizado por toda la isla de Manhattan como había pedido Luke. Zöe las dirigía estando ella en primera linea como acostumbraba hacer cuando salía a cazar.

Ella saltaba de edificio en edificio buscando cualquier tipo de disturbio que hubiera en la ciudad. A los pocos segundo de haber empezado con la búsqueda comenzó a escuchar revuelo por la zona de la costa que conectaba con Brookling. Con un simple gesto indicó a su grupo de cazadoras que la siguieran a donde había esos ruidos.

No tardaron mucho tiempo en encontrar a los causantes de ese ruido, no eran más que unos cuantos adolescentes que estaban quitando su exceso de ira con algunas tiendas y papeleras que no tenían culpa de nada. Ellas los observaron por unos segundos hasta que decidieron adentrarse un poco más en la ciudad, en ese momento comenzaron su ofensiva. Lanzaron un aluvión de flechas que frenaron el paso de los adolescentes acabando con unos cuantos de paso.

Ellos, bajo los ojos de Zöe no eran más que animales que tenían la capacidad de hablar, pero nunca llegaron a decir nada que mereciera la pena escuchar, por lo que decidió menguar aún más sus fuerzas.

Él líder de los semititanes que estaban allí no le pareció bueno lo que había hecho. El chico tenía el pelo castaño de punta y ojos pardos, su piel era bronceada, como si hubiera estado mucho tiempo bajo el sol o una cabina de rayos UVA. Vestía con una camiseta de tirantes, ignorando el frío que hacia en la ciudad, de color naranja y unos pantalones de paracaidista de color negro, también empuñaba una espada en su mano derecha la cual estaba apretando con mucha ira en este momento.

- ¿Tú quién te crees que eres? - Dijo este mientras se le marcaba la vena del cuello.

- Soy Zöe, hija del titan fallecido Atlas. - Dijo con una sonrisa.

- Así que tú eres mi hermana. - Dijo este con una sonrisa desquiciada. - Yo soy Jack hijo de Atlas, parece que esto se quedará en familia.

- Tú no eres nada mio, muere. - Dijo mientras cargaba una flecha y disparaba hacia su supuesto hermano.

Jack, no tenía miedo de la flecha. Can mucha velocidad cogió a uno de los cadáveres que había en el suelo y lo uso de escudo, tal y como hacía su padre. Ese acto enfurecía más a Zöe, por lo que les dijo a sus cazadoras que preparasen un ataque aún más grande que el último, pero primero debían encontrarse con el resto de sus hermanas, por lo que fueron al interior de la ciudad.

Los semititanes no pensaron, o decidieron seguir a las cazadoras a algo que parecía una trampa para ellos. Zöe agradeció que fueran tan idiotas. Las cazadoras corrieron por los edificios  con mucha rapidez por sus azoteas como si lo hubieran hecho desde siempre, siendo que algunas de las integrantes tenían más de dos siglos de edad.

Los semititanes, ignorantes de lo que iba a pasar, las siguieron pensando que estaban escapando para poder  hacerlas sus esclavas o acabar con ellas, lo que primero pasase. Corrieron por las calles con la cabeza en alto para no perderlas de vista.

Unos minutos después las cazadoras llegaron a una zona en la que estarán en completa ventaja contra los adolescentes, Central Park. Los semititanes se dieron cuenta muy tarde, ya se habían metido en esa zona verde en mitad de la ciudad.

Los semititanes juntaron sus espaldas para evitar que pudiera pasar cualquier cosa por esas chicas que estaban persiguiendo. - No tengáis miedo por esas ratas de los olímpicos. - Dijo Jack muy serio mirando árboles y cualquier arbusto en el que se pudieran esconder. - Poneos en una postura defensiva, no tienen el apoyo de ese hijo de Poseidón, no aguantaran mucho contra nuestra fuerza.

Esas fueron las palabras de Jack a sus compañeros, en total sumaban cerca de quince semititanes que habían caído en la trampa de las cazadoras. Mientras tanto, las cazadoras ya se habían reagrupado y habían pensado en lo que querían hacer contra los semititanes, obviamente, tenían pensado una estrategia de emboscada desde todos los flancos, pero como sabían que algunos eran hijos de Atlas no querían enfrascarse en una posible pelea en la que algunas de sus hermanas pudieran morir ya que son muy fuertes, no tanto como su padre pero fuertes a fin de al cabo.

Percy Jackson el señor del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora