Ilegales

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Los tres estaban  planeando cualquier cosa para pasar la frontera sin que los militares los llegaran a ver ya que los volverían a meter en Canadá o incluso en una prisión militar. Por lo que tenían que pensar muy bien lo que harían.

Tras unos minutos pensando decidieron ir hacia un río ya que esa zona estaba en tan mal estado que no se atrevían a ponerse por ahí por la peligrosidad de la zona, por lo que decidieron ir a buscar un río por donde pasarse de ilegales a Estados Unidos, cosa que hacía mucha gracia a Thalia.

Unos minutos después se pusieron en camino para encontrar el río que conectaba Detroid con Canadá. El camino no era el mejor del mundo, la temperatura era muy baja causando que las chicas del grupo tuvieran que ir más despacio por el frío que sentían, era tanto el frío que tenían las uñas las tenían moradas y sus labios era de color azul pálido. Percy al ver esto se preocupó mucho ya que eso no era buena señal.

- Chicas, quedaos aquí. - Dijo mientras entregaba todas sus prendas abrigadas a sus dos compañeras. - Dentro de poco puede que es desmayéis de hipotermia, iré a buscar más ropa.

- De acuerdo. - Dijo Thalia que con dificultad intentaba ponerse una chaqueta de Percy. - No sé cuanto aguantaremos, pero tengo unas vendas térmicas, no tardes mucho en llegar.

Percy se limitó a asentir y rápidamente intentó ir a la ciudad más cercana para encontrar cualquier tipo de prenda que le pudiese servir a las dos chicas. Tras correr unos minutos a toda potencia llegó a una ciudad donde estaban un montón de refugiados de Estados Unidos intentando conseguir cualquier cosa para poder calentarse. Percy intentó ir a una zona donde hubiera una tienda que no estuviera completamente llena de personas. Tardó unos segundos en localizar una tienda decente entró  toda prisa, el dependiente de la tienda no dependiente, pero eso no le importaba, con rapidez encontró toda la ropa necesaria para aguantar más o menos el frío, cogió todo lo necesario y se dispuso a pagar pero el dependiente todavía no había venido, por lo que se dispuso a dejar el dinero en el mostrador pero se dio cuenta de que su cartera no estaba con él. En ese momento Percy tubo ante él un gran dilema moral, ¿debería dejar la ropa e intentar conseguir algo de dinero y volver a comprarla o debería irse con la ropa en su poder?

Percy no se podía permitir perder tiempo, sus dos compañeras estaban en mal estado debido al frío que hacia por culpa de Aurora. Con mucho pesar salió corriendo de la tienda sin mirar atrás y sin que nadie lo viera. Poco tiempo pasó antes de que se encontrara con sus dos compañeras las cuales estaban tiritando tiradas en el suelo intentando encontrar algo de calor por un fuego maltrecho que era sorprendente que se mantuviera encendido con solo un palo en la lumbre. Con rapidez se acercó a ellas, estaban frías por lo que se apresuró a cubrirlas con la ropa que había conseguido para ellas.

- ¿De donde las has sacado? - Preguntó la hija de Hades mientras tiritaba.

- La he comprado por su puesto. - Dijo Percy mientras ayudaba a Thalia.

- No mientas. - Dijo Bianca que estaba agarrando su nuevo abrigo con toda la fuerza que su cuerpo le permitía. - Se que tienes aquí tu dinero.

- Ne dis pas de bêtises. (No digas tonterías) - Dijo Percy un poco nervioso. - J'ai eu un peu d'argent avec moi. (Tenía un poco de dinero conmigo.)

- No sé lo que dices pero sé que las has robado. - Dijo Thalia mientras tiritaba en los brazos de su compañero. - Hemos contado el dinero que había en tu cartera, por lo que había en ella dudo que tuvieses lo suficiente como para comprar tanta ropa.

- No tenía más opción. - Dijo él en un tono muy serio. - Tal vez yo pueda aguantar al frío,pero vosotras no.

- Eso a mí me da igual. - Dijo Bianca ya un poco recuperada. - Robar no está bien.

- Prefiero robar a veros sufrir. - Dijo de una manera que Bianca se pusiera un poco ruborizada, pero gracias al frío él no se dio cuenta. - Debemos estar cerca de la frontera, cuando restéis mejor saldremos a buscar el río.

Ellas estuvieron de acuerdo, por lo que intentaron encontrar un poco más en calor. A los pocos minutos las chicas estaban un poco mejor, por lo que se pusieron en marcha para localizar el río. Tras un camino lleno de nieve y de desniveles que hacían que el camino fuese más peligroso.

Tras una hora de camino llegaron al río, donde había muchos animales congeladas en el agua como peces y algunos pájaros que estaban bebiendo, la imagen no era muy agradable a la vista. Cuando estuvieron en la orilla del río, Percy lanzó una piedra para ver la resistencia del hielo. Grata fue la sorpresa al descubrir que con el primer rebote de la piedra causó un agujero.

- Tenemos un gran problema. - Dijo Percy. - El grosor del hielo es demasiado fino, tanto que no ha podido soportar el peso de una piedra pequeña.

- ¿Puedes aumentar el grosor del hielo? - Preguntó Thalia con duda sobre como cruzar el río.

- No lo se, el agua está en movimiento. - Dijo este causando más duda a la hija de Zeus. - Si el agua estuviera estancada o inmóvil podría hacerlo, pero si tengo que parar yo el agua me cansaría más rápido que si no lo hiciera.

- ¿Y por qué no divides las aguas como Moises? - Dijo Bianca causando la confusión de todos los que estaban con ella.

Ante esta mención Percy pensó muy bien en lo que había dicho su novia. Puede que  hay sido una broma, pero podía hacerlo con mucha concentración. Percy se acercó a la orilla mientras que sus dos compañeras hablaban de diferentes bromas. Sin que nadie se diese cuenta Percy cerró los ojos y puso una mano en el hielo. Debajo de este pudo notar el fluido en un movimiento constante, intentó concentrarse todo lo que pudo en el fluir del agua. 

Con todas sus fuerzas pudo dividir el cauce del agua como si fueran dos fuentes distintas. Imaginó que las estaba agarrando con sus puños y empezó a dividir el río mientras separaba sus manos. Cuando abrió sus ojos una intenso brillo de color azul salió de sus ojos llamando la atención de sus compañeras, las cuales estaban hablando de una manera amena, pero lo que vieron las dejó con la boca abierta.

Percy tenía los brazos en alto con dos grandes masas de agua las cuales fluían por encima de sus cabezas permitiendo el paso hacia Detrid. - Pasad, no creo que aguante mucho tiempo.

Siguiendo el consejo de su amigo corrieron por donde antes había un río, pocos segundos después llegaron como ilegales a Estados Unidos. 

Percy Jackson el señor del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora