Narra Namjoon
Podía escuchar a TN llorar desde mi cuarto. No sabía porque pero lo único que quería hacer era abrazarla con fuerza y mantenerla en mis brazos mientras que intentaba consolarla.
- Voy a ir.- no podía soportarlo más, fui a salir del cuadro cuando Jin llegó.
- No la acoses.- respondió antes de entrar y tumbarse en la cama
- ¿Estás herido?- pregunté tras acercarme a él.
- No, me dejó marchar después de unos cuantos golpes. Dijo que su lucha no era conmigo.- contestó tras incorporarse ligeramente
- ¿Cómo está ella?- preguntó
- ¿No la oyes?- no ha parado de llorar desde que llegó y yo parezco un estúpido. Dónde se ha visto que un demonio se rebaje a una humana, cuando ella sufre, yo también. Cuando está en peligro, mi cuerpo hierve y sin pensarlo quiero estar donde ella esté. Solo estoy tranquilo si ella está cerca de mí.
- ¿Desde cuándo eres tan posesivo?- preguntó entre risas, sin embargo... a mí no me hacía ni pizca de gracia.
- No hace gracia.- contesté completamente serio.
- Espera... Acabo de recordar algo.
- ¿El qué?- pregunté mientras que temía lo peor del mundo.
- A una niña muy mona. ¿Me preguntó cómo será ahora?- expresó tras ver en sus ojos una chispa de perversión.
- Sabes.... A esa niña la sacamos cientos de años.
- No pareció importarte cuando aceptaste su propuesta de esperarla.- al instante comenzó a reír. En ese momento recordé...
Comienzo del flash- back
Había viajado a Luxemburgo junto a Jin y a Suga. Durante unas horas nos habíamos separados, por lo que sin saber muy bien cómo acabé en un jardín de una casa. Aunque más bien parecía demasiado grande para ser un jardín.
- Señorita.- escuché gritar a una mujer, rápidamente me escondí detrás de unos árboles.
- Búscate tu propio escondite.- contestó una niña desde lo alto del árbol. Alcé mis ojos hacia ella, apenas tendría unos siete años, su pelo marrón caía hacia a mí, mientras que nuestros ojos se clavaron en el otro.
- ¿Por qué te escondes?- pregunté al instante.
- Solo mantente en silencio.- expresó al escuchar de nuevo gritar a la mujer.
- Ya no está cerca.- respondí tras oírla meterse en el interior de la casa.
- ¿Cómo lo sabes?- preguntó un tanto desafiante. Sin embargo, no podía decir soy un demonio.
- Deberías bajar de ahí o te harás daño.- respondí tras apartarme. Sin mediar palabra, comenzó a deslizarse por el árbol.
- ¿Necesitas ayuda?- pregunté al ver que estaba un poco atascada.
- Por supuesto que no.- expresó mientras que refunfuñaba.
- cuidado.- añadí tras atraparla entre mis brazos.- Eres demasiado pequeña para trepar a los árboles.
- Y tú demasiado anciano para jugar a las escondidas.- contestó antes de sacarme la lengua.
- Acabo de llegar, comencé a caminar y acabé aquí.- respondí, aunque lo único que quería era hacerla llorar.
- ¿De dónde vienes?- preguntó mientras que me miraba como si fuera un espécimen raro.
- De corea.- aunque no pensaba que supiera dónde está eso. Sus ojos se quedaron mirándome fijamente, cosa que me incómodo.
-¿Por qué me miras tanto?- pregunté.
- En corea la gente es muy guapa.- después de decir aquellas palabras sonrió.
Fin del flash- back
- Te has quedado como entrance.- contestó Jin con una mueca.- ¿Estabas recordándola?
- Solo me vino algo a la cabeza.
- Pues parecías bastante alegre.- contestó entre risas
- Calláte.- le repliqué, después de aquello volvió el silencio. Aunque ya no podía escuchar a TN llorar, lo único que esperaba es que estuviera durmiendo.
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Enamorada del diablo
FanfictionTN es trasladada a Corea por voluntad de su padre. Lo que jamás se hubiera imaginado era el verdadero motivo por el que su padre la obligó a viajar. Allí se encontrará con personas misteriosas, las cuales la harán descubrir y cuestionarse absoluta...