Desde ese día no paré de visitarte

1K 107 9
                                    

Narra Suga

- Veo que me recuerdas, angelito.- mostré una pequeña sonrisa, mientras que visualizaba cada pequeño movimiento. ¿Tal vez buscaba una señal de que no le importaba?

- ¿Por qué lo hicistes?- gritó. Su rabia se había incrementado y aunque pensaba que no le daría importancia para ella fue algo importante.- Eres un idiota.- ni siquiera me esperé aquel golpé. Levantó su puño y me golpeó con fuerza en mi rostro.

- Veo que enfadarte te hace fuerte.- llevé mi mano hasta mi mandíbula y después sonreí ligeramente. Había encontrado la forma de comenzar con su entrenamiento.

- ¿Es verdad aquella noche tomaste mi alma?- me miró mientras que preparaba un golpe en caso de que mi respuesta fuera afirmativa.

- Es cierto, aquella noche yo tomé tu alma, la tomé por necesidad. Digamos que estabas en el lugar equivocado. No obstante, no me arrepiento de nada, yo tomé tu alma, pero tú tomaste algo mucho más valioso.- expresé tras dar un paso hacia ella.

Eso ya no era un juego, era una respuesta a mi súplica, a mi necesidad de tenerla a mi lado. A mí necesidad de no esconder más mis sentimientos y así poder enfrentar a mi hermano para poder arrebatársela. Ahora sólo pensaba en el deseo de tenerla junto a mí, más allá de ser una aliada, más allá de ser un ángel... La deseaba como mujer.

- ¿De qué hablas? Yo no he tomado nada de ti- dejó de la idea de golpearme y me miró con irá.

- Has tomado lo peor que puedes tomar de un demonio. Tomaste mi corazón y mis pensamientos.

- ¿Qué? Si esto es una broma no tiene gracia. Intentabas matarme, así que no me vengas con esa estupidez de cuento de hadas.- expresó aún más enfadada.

- Te conocí aquella noche y tome tu alma. No sabía quién eras, pero te reconocí como la niña que mi hermano visitaba. Por eso te llevé a casa en cuanto te desmayaste.

- Por eso cuando me desperté estaba en la cama.- añadió sorprendida.

- Te prometo que no sabía que eras ese ángel hasta que llegué aquí y te vi. No obstante, había matado a tu padre y hasta un demonio comprende que eso es ganarse el odio de hasta la persona que más ama.

- Está broma no tiene ninguna gracia. No puedes enamorarte de alguien por verla una sola vez.

- ¿Una sola vez? - reí ante aquellas palabras.

- ¿De que te ríes?- gritó de nuevo.

- Desde ese día no paré de visitarte. Fui yo el que te llevaba flores todas las noches. No era tu padre, no era mi hermano, no eran tus sirvientes. Era yo, pero jamás me imaginé que serías tú la persona por la que intercambiaria mi libertad. Aunque ahora que lo pienso tiene sentido, desapareciste cuando comencé a atacar.- la miré ligeramente, parecía completamente confundida.

- No, me estás mintiendo otra vez. Suga, esto no tiene gracia.- pensaba que iba a gritar o tal vez golpearme, pero no fue así. Se marchó del cuarto y corrió hacia el bosque, era completamente de noche por lo que sabía que se le dificultaría caminar, incluso pudiendo ver en la osucirdad era difícil, por lo que fui tras de ella.

Gracias por leer y por su apoyo 💜💜

Enamorada del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora