Sin duda eres su hija

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Narra TN

Habíamos pasado aquel agujero negro y llegamos a un castillo o al menos eso era lo que parecía, debido a la magnitud y a como estaba construido. 

Ahora era consciente de lo doloroso que era ser herida gravemente. Sentía un dolor punzante en mi herida, aunque poco a poco se me estaba curando.

Solo necesitaba escapar y esperar un poco para recuperarme, después de eso idearía un plan.

Tras ver que el portal se había cerrado, le golpeé. Su mano me liberó rápidamente, fui a correr cuando de repente me agarró del pelo.

- No soy como los demonios que has conocido hasta ahora. Esa patada no me afecta en lo más mínimo.- 

Ahí me di cuenta que no me sería fácil escapar de aquella situación y había algo que pudiera hacer, era claramente idear un plan mientras que caminábamos a saber dios sabe dónde.

- Hemos llegado. Yo que tú... iría pidiendo clemencia.- contestó con una sonrisa que realmente me hizo temer por mi vida. ¿Qué era lo que me esperaba detrás de esa gran puerta?

- Nunca voy a pedir clemencia.- respondí con rabia, fui a moverme cuando me agarró del brazo.

- Tal y como lo prometí. La he traído ante ti.- en ese momento me empujó con fuerza. Caí de rodillas mientras que miraba al suelo y mi pelo largo cubría todo mi rostro.- 

- Bien, hecho.- contestó ese hombre tras ponerse de pie de su asiento.

- Mírale.- me agarró del cabello y me obligó a mirarle.

- Eres tan bella como tu madre.- expresó tras agarrar mi rostro y después inclinarse cerca de mi rostro.

- No te atrevas a tocarme.- me puse de pie y lo golpeé con mi pierna.

- ¿Cómo te atreves?- gritó aquel demonio tras tirarme al suelo y después golpearme con fuerza en el estómago.

- No vuelvas a tocarla. Desaparece de mi vista.- fue a agarrarle del cuello cuando ese demonio retrocedió.

- Tienes agallas. Sin dudas eres su hija. Sabes, tu madre murió aquel día en este mismo lugar. 

- Mi madre murió porque no podía quedarse en la tierra.- grité tras levantarme y mirarle.

- ¿Eso es lo que te contaron?- preguntó con una mueca. Se volvió a sentar en su trono y me miró con una sonrisa.- Tú madre vino aquí por ti.

- ¿Qué coño estás diciendo?

- No te enfades, te estoy diciendo la verdad. Su querido padre, su maestro, su mentor.... como quieras llamarlo le hizo una promesa o más bien una propuesta suicida. Si me mataba, él la convertiría en humana para que pudiera junto a ti.

- Eso no es verdad. No voy a creer a un demonio.- grité.

- Debí de saber, que aún no siendo un ángel del cielo... confías más él que en mí. Sabes vuestra sumisión, vuestro respeto siempre está ahí no importa si le has visto o no. Siempre tan incondicional hacia él. Sería mejor ser un demonio. ¿No crees?

- Odiaría ser alguien como tú.

- Te pareces tanto a tu madre que realmente me fascina. Quédate a mi lado y daré la orden de parar. Incluso mantendré a salvo a ese demonio que tanto te gusta. Namjoon se llamaba ¿No?

- Mientras que siga viva, jamás me voy a doblegar ante alguien como tú.- 

Mi espalda ya se había curado, eso me daba una oportunidad de poder escapar. Eché un vistazo a la puerta, la cual permanecía abierta.

- Entonces tendré que hacer que te doblegues ante mí.-respondió tras caminar hacia a mí. 

Gracias por leer espero que os este gustando💜💜

Enamorada del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora