Enamorada del diablo

Niña estúpida

Narra Suga

Esas palabras me hicieron esperarme cualquier cosa, pero nunca imaginé que esa cosa era una completa locura...

- Profesor.- cada sílaba que pronunciaba, estaba unido a una súplica, a palabras de auxilio.

Al instante la miré. Al verla tambalearse y precipitarse hacia la mesa de Namjoon, mi cuerpo se movió solo, reaccionó ante ella. Ante esa chica joven que tanto había despreciado. La agarré antes de que se cayera y se golpeará contra la mesa.

- TN.- gritó el profesor sin pensarlo.

- Solo estoy un poco mareada.- al instante sentí su mano en mi espalda.

- Niña estúpida.- pensé al saber que ese era su brillante plan.- Creo que debería de llevarla a la enfermería.- respondí al instante.

- La dejo bajo tu cuidado.- contestó el profesor tras mirarme. Fue a caminar hacia la salida cuando se me ocurrió la idea de vengarme... Vengarme por hacerme sentir como un idiota, por estar a su merced. No obstante, tal vez era una excusa para poder hacer lo que realmente quería hacer en ese momento.

La agarré en brazos y salí de allí, mientras que ella fingía estar muribunda. En ese momento en el que tenía su rostro pegado a mí torso, su pelo recorriendo mi brazo y su cuerpo pegado completamente al mío. Me di cuenta, de porque mi hermano se sentía así por ella.

- ¿Acaso esto era necesario? Bájame.- me exigió por lo que al instante la solté y la dejé marchar. Aún sentía la calidez de su cuerpo y realmente me hacía preguntarme si eso era debido a ser un ángel.

- Idiota... ¿Y si no llego a reaccionar?- grité ligeramente. Esa chica me sorprendía de sobre manera y sin duda me intrigaba.

- Te dije que me siguieras la corriente. No importa, tenemos poco tiempo. Namjoon se dará cuenta

- ¿Y ese cambio de actitud?- pregunté al ver que había pasado de alguien que temia, alguien que parecía temer a mí mundo... Se había vuelto fuerte, tanto que era difícil de creer, pero sabía a qué se debía, a mi querido hermano menor.

- ¿Qué es lo que puedo hacer contra ese ejercito?- obvio mi pregunta y después siguió con su meta.

Aunque mi cabeza no podía concentrarse... Ennese momento estaba inmersa en ella y a la vez me preguntaba si mi hermano había visto esa faceta ella o yo era el primero en verlo.

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