No quiero...

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Narra TN

La luz que entraba por la ventana me despertó, mis ojos escocían de la noche anterior. Me levanté con la sensación de que eso no sería más que una pesadilla. Pero... estaba equivocada, la pesadilla solo acababa de empezar.

Mi mente seguía en aquel sueño que había tenido. Pensé que era algo imposible pero... Namjoon era un demonio lo que significaba que era posible.

- Prefiero no pensar en ello.- expresé antes de entrar al baño.

Mi tripa comenzó a sonar, por lo que salí del cuarto en busca de algo de comer. Esa casa era demasiado grande por lo que acabé perdiendome. Al final de uno de los pasillos vi una puerta semi abierta por lo que decidí entrar.

- ¿Estará dormido?- me pregunté tras acercarme a la cama y ver a Namjoon tendido en ella. Me quedé ligeramente mirando su rostro, era tan perfecta y aún que mi corazón estaba latiendo fuerte por él. No podía obviar que era un demonio y que su hermano había matado a mí padre

- Haces demasiado ruido.- contestó tras taparse la cabeza con la almohada.

- Yo... No me he movido.- pensé. En ese momento decidí marcharme antes de que abriera los ojos.

- ¿Piensas irte sin más?- sin duda era un demonio, antes de que me diera cuenta estaba apoyada contra la pared y su cuerpo cerca del mío.

- Déjame.- respondí mientras que apartaba la vista.

- Fuiste tú la que entraste a mi cuarto.- añadió con una mueca, después se apartó.- Tú corazón hace demasiado ruido.- expresó mientras me miraba.

- ¿Mi corazón?- levanté mis manos y cubrí mi pecho izquierdo.

- Podría oírlo a kilómetros de aquí.- respondió con una sonrisa

- Deja de escuchar a mí corazón.- expresé un poco molesta. Aunque la realidad era que si escuchaba eso... Sabría que me gustaba.

- Estás mejor.- se acercó a mí y acarició mi rostro con suavidad. Su mano era un tanto fría, pero suave. No dude en aceptar esa muestra de cariño.

- No, aún intento aceptar todo esto.- respondí con voz entrecortada.

- Mi hermano jamás podrá tocarte... Voy a protegerte.- alzó su otra mano y agarró mi cabeza con suavidad. Después la movió hacia arriba por lo que acabé mirando sus ojos.

- Mírame. Sólo así podrás saber que digo la verdad.- en sus ojos pude ver sin seriedad, pero... Cómo iba a poder protegerme de  su hermano.

- Sigues siendo un demonio. ¿Cómo piensas portegerme? Tu hermano es el enemigo.- quité sus manos de mí y me dirigí hacia la puerta

- No me importa, yo... No le debo nada.- me abrazó por la espalda antes de que me fuera.

Enamorada del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora