6. Reglas básicas

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Tarik

Llego al club de Ace, que como los guardias ya me conocen, me dejan pasar, visualizo a la pandilla dando vueltas por todos lados, así que los miro raro.

—¿Y a ustedes que les pasa? —Levanto una ceja.

—¡¡Jugamos a las escondidas con Crash!! —gritan juntos.

¿Qué?

—¿Es en serio? ¿Escondidas? —Hago una pausa antes de gritar, reprendiendolos —¡¿Con un fantasma?! —Aumento la voz  —¡¿Son idiotas ustedes?! ¡¡Nunca lo van a encontrar!!

—¡¡Lo sentimos, jefe!! —responden a la vez.

—Es que hicimos una apuesta —intercede Jav.

—¿Qué apuesta? Ya no tenemos deudas ¿Entendido? No se metan en cosas que no quiero oír más.

—¿No tenemos deudas? —repite Lon con picardía —¿Qué hizo jefe? —Mueve las cejas.

Frunzo el ceño.

—Yo pregunté primero.

—Que si lo encontrábamos, dejaría de intentar suicidarse y si pasaba el tiempo, le enseñaríamos técnicas de combate —constesta Francisco.

—Nadie va a enseñar a nadie, porque hay cosas más importantes que hacer como: ¿Cuando consiguen trabajo? —Muevo la mano —Yo no mantengo vagos, ¿Entendido?

—¡Sí, jefe! —gritan todos.

—Pe... pero... —oigo detrás de mí y me asusto cuando Crash aparece a mi lado.

—¡Casi me matas de un síncope! —le grito.

—Perdón —dice triste.

—Hay algo que no entiendo —opino —¿Cómo es que sigues aquí? Las voces desaparecieron, ¿No deberías estar en el paraíso?

—Es cierto, ya no las escucho —Se da dos golpecitos en la cabeza —pero... —Me muestra su mano —sigo teniendo el tatuaje de araña en mi palma.

—Que extraño.

—¿Y al final qué pasa jefe? —pregunta Jav sobre la razón de estar aquí.

—Vine a ver cómo estaba este —Señalo a Crash —y decirles que volvemos al galpón, lo otro no estoy seguro, pero al parecer Aradia desapareció así que...

—¡¿Aradia desapareció?! —me interrumpen gritando.

—¡Ya cálmense! —los reprendo otra vez —Al parecer secuestraron a Jovan y Aradia no estaba en ese momento. Eso es todo lo que sé.

—¡¡Vamos a buscarla!! —grita Francisco.

—¡¡Sí, ya mismo!! —dice Lon.

—¿Pero por dónde empezamos? —me pregunta Jav.

Bufo.

—Parece que no cambiarán de opinión, así que llamaré a Darren y vemos que podemos hacer —ofrezco y todos saltan felices.

—¡¡El mejor jefe del mundo!!

—Ay ya cállense —Ruedo los ojos.

—No se vayan —Crash hace puchero —me quedaré solo.

—Pues ven con nosotros —dice Jav.

—¿Para que no solo el jefe te mire con sus ojos homosexuales? —se burla Lon.

—¡¡Ya cállate!! ¡¿Quieres pelea?!

Se empiezan a dar puñetazos y yo ruedo los ojos, luego observo a Crash.

—¿Y bien? ¿Quieres venir o no? —le pregunto —Es obvio que necesitaremos de la ayuda de un ser sobrenatural para esto.

—Pero yo...

—Únete a la pandilla —dice Francisco sonriente.

—¿Yo? —Se sonroja —¿En una pandilla?

—Pues claro —le contesto yo —eso sí, aquí nadie se rinde —le advierto.

—Eh pero...

—Vamos, muévanse —ordeno, comienzo a caminar y me siguen.

El rubio camina al lado de mí, algo avergonzado.

—¿Me enseñarás a pelear? Te he visto, eres muy bueno —opina.

Sonrío.

—Pues claro, todo integrante de mi pandilla debe saber pelear y no puede perder la confianza, sino que la gana, reglas básicas.

Me presta mucha atención, pues al parecer le gusta lo que le he dicho, estando de acuerdo. Es entonces cuando Crash, el casi fantasma, se unió a la pandilla.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora