29. Ondas sónicas

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Seyn

Blake le indico a Darren dónde estaba Ace, el cual se encontraba en un problema con Emmet. Yo me quedé atrás con su velocidad de vampiro mientras se lo llevaba. Esta gente y sus poderes sobrenaturales, no tendré envidia, pero ya cansan con tantos líos.

Dejo de caminar en la calle solo, cuando siento algo que se mueve en el bolsillo de mi pantalón. Meto allí la mano y saco la carta de caballero, que ni recordaba que tenía ahí.

—Para tu información no soy nada de eso —Agito el naipe.

Estoy tan molesto, encima de hablar con mariposas ¿Ahora voy a conversar con cartas? No, por favor, eso déjenselo a Ace.

De repente el pequeño cartón brilla y me asusto.

—¡¿Qué mierda?! —grito alarmado.

Es tanta luz que no veo lo que ocurre, pero este papel ahora pesa mucho, no es ligero como una carta normal. Cuando la luz cegadora se detiene quedó atontado, viendo una espada en mi mano.

—¡¿De dónde salió esta arma?! —Miro para todos lados nervioso —Okey, cálmate —me digo a mí mismo —. Estoy seguro de que fumo, pero ninguno es droga.

Cuando se me pasa la histeria, no sé qué hacer con esta cosa. Tiene funda y todo, bueno yo qué sé, me la cuelgo en la espalda y sigo caminando.

Al llegar con los demás, veo a Nyx sentado en un árbol y a Emmet queriendo matar a Ace, mientras mi amada Mariposa, está en medio intentando evitar catástrofes. La situación se frena cuando de repente un sonido de alarma suena en todo el domo del aquelarre.

"Atención, atención, vampiro intruso en el área, atención".

Unas pantallas flotantes aparecen en las calles, mostrando la cara en el sujeto.

"Atención, atención, reporten toda información relevante".

—¿Tanto alboroto por un desconocido? —se queja Darren —Nosotros ya estamos aquí desde antes.

—Es porque la Reina Madre sabe que nos encontramos en el lugar y por alguna razón quiere que estemos en el aquelarre —opina Nyx mirando las pantallas y comiéndose una manzana —. Al parecer a ese tipo no.

—No es ningún desconocido —aclara Emmet —. Es Albert.

—¿Y quién es ese con nombre tan feo? —pregunto acercándome.

—Es el sirviente más antiguo de Eloise.

—¿La muerta? —Se ríe Nyx —Quizás vino a vengarse de Max por matar a su ama y señora, aunque no tiene mucho sentido porque la desligó de su poder mental —Hace que piensa, poniendo una mano en su barbilla feminina y observando hacia arriba —. Bueno, no importa, ya me voy, aunque me arruina todo el plan si asesina a Max —Tira lo que no se puede comer de la manzana.

—Albert ya es demasiado antiguo para ser controlado, solo era leal a Eloise y eso es todo. Otra cosa —Se gira hacia Nyx —olvídate de Max —exije.

—¿Cómo tú te olvidaste de matar a Ace? ¡No! Además, ya se te fue, síguelo —Mueve la mano agitandola en esa dirección.

—Ay sí, no me di cuenta —Se ríe Darren viendo que Ace no está, luego se acerca hasta mí —¿De dónde sacaste esa espada?

Niego con la cabeza.

—Ni idea.

Max

¿Qué es ese ruido espantoso? Me levanto de la cama y abro las ventanas viendo las pantallas. Ese tipo me suena de algo, pero ¿De qué?

—¡Ay no puedo dormir! —se queja Uri —¡Le diré a la Reina Madre! —Se va corriendo.

—¡Espera! —le digo y la sigo.

¡Está loca!

Hace unas horas lloraba porque le tenía miedo y ahora quiere hablarle como si nada.

Voy por ella, yendo por el pasillo, hasta que llegamos a la puerta de la sala principal.

—Hay muchos guardias, volvamos después —le aclaro.

—¡No! —se queja y los empuja —¡Reina Ma...

Se calla, lo que me asusta, así que me apresuro a alcanzarla, para averiguar el por qué de su silencio, pero lo que veo me petrifica a mí también.

—¿Qué hacen ustedes aquí? —se enfada la Reina Madre y veo el cuchillo lleno de sangre en su mano.

Trago saliva cuando visualizo a la mujer que está arrodillada en el suelo, tiene cadenas especiales para vampiro tanto en sus muñecas como en sus tobillos, esas que hieren al rozar la piel, y solo la cubre una tela, que también está manchada de sangre. Su aspecto no es el de aquella vampiresa sofisticada que vi hace un tiempo, puede notarse lo débil y hambrienta que se encuentra, su piel está pálida y sus ojos no paran de brillar por el hambre, junto con el dolor de su sangre pérdida. Aunque lo que más me impacta es que esté viva.

Doy dos pasos a adelante.

—Pero ¿Cómo? Yo la maté —digo sorprendido.

—Deberías saber que los animales sofisticados como ella, pueden resucitar con una pequeña ayuda como la mía —Le agarra del cabello y se lo tironea —¿No? Eloise. Has sido una mala mascota, usando tus ondas sonicas para llamar a tu siervo.

—Aisha —oigo por primera vez el nombre de la Reina Madre, pero de los labios de la asesina de mi hermana —como me voy a reír cuando Albert te corte la cabeza.

—¿Sabés cazador? ¿Te he dicho porque odio a los vampiros? —Me mira sin dejar de tirarle del cabello —Porque se creen superiores a pesar de estar en las peores condiciones —Le clava el cuchillo y se puede oír el grito de la vampiresa en toda la habitación —. A ver si así aprendes —La suelta y la mujer queda en el suelo retorciendose de dolor, porque esas cadenas no la dejan regenerarse.

—Sinceramente no estoy de acuerdo con la tortura —opino y miro un segundo a Uri que se cubre la cara para no ver, luego vuelvo a observar a la Reina Madre —y a los cazadores no les gustará que tengas un Sangre Pura encerrado, hay acuerdos y esos se respetan.

—No te preocupes por los cazadores, querido. Este es mi territorio y yo puedo hacer lo que quiero aquí. Igual, pensé que estarías feliz, oí que es tu enemiga mortal —Le levanta la cabeza, agarrándole el pelo otra vez —¿No disfrutas ver cómo sufre la asesina de tu ser amado? —La observa —Eres mala Eloise, mereces pagar por todo lo que has hecho, ¿Qué tal donando más de tu sangre? Esa nos sirve mucho aquí, es la única utilidad que te queda.

La vampiresa solo le muestra los dientes, al estar muy débil, ya casi ni puede hablar. Nunca pensé verla en ese estado o en realidad jamás pensé volverla a ver ¿Qué tipo de mal sueño es este? No sé si quiera ver lo que sigue después.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora