Aradia #5

23. ¿Qué eres?

Eris

Presiono el cuchillo en mi muñeca y cierro los ojos cuando siento el dolor de la piel cortándose, mientras la sangre fluye manchando toda mi muñeca.

Escucho la puerta de mi vieja casa abrirse y dejo de cerrar los ojos, levantándome del suelo, olvidando el arma allí. Frunzo el cuando la pelirroja se acerca hasta mí.

—¿Qué haces aquí? ¿No te enseñaron a tocar la puerta?

Hace una mueca.

—Ni cerradura tiene eso ¿De verdad lo puedes llamar puerta? —Mira para todas partes —No me fue difícil encontrarte —Pone las manos en sus caderas —vine aquí porque me preocupaba tu seguridad —Observa la sangre para luego acotar —pero parece que a ti no.

—No es tu asunto —Muevo mi brazo a mi espalda —y ya vete, ve a ayudar a tus amigos o lo que sea.

Xia sonríe y avanza con esos tacos que resuenan en la madera vieja de mi casa. Se acerca a mi rostro y me mira atentamente.

—Cuanta hostilidad, y no solo contra mí —Agarra la mano que tenía oculta —¿Por qué lástimas tu aterciopelada piel?

—Mi piel no es suave, si es a lo que te refieres —Me suelto —es seca como esta madera —Observo el suelo.

—Ah eso tiene arreglo —Se ríe.

Alzo la vista para hablarle de manera tétrica o al menos así suena mi voz.

—Los malditos no tienen arreglo.

—Claro que sí, estás delante de un ser que no le afectan ese tipo de cosas, quizás hasta pueda aconsejarte —Me guiña.

—No existe tal ser.

—¿No me crees? —Apoya una mano en su cachete, haciéndose la sorprendida —¡Qué mala!

—Soy realista, el mundo tiene magia pero hay cosas que esta no puede arreglar.

Se ríe.

—Sí, conozco la frase, "siempre se paga un precio", pero te diré algo más —Alza un dedo —. No todo se rige por esa regla —Ríe otra vez —ya sabes, todos no somos brujas.

—Eso lo sé, lo que no ¿Es qué rayos eres? —Enarco una ceja.

—No puedo decirte —Cierra un ojo y apoya un dedo en su boca —. Sobre todo a ti.

—¿Por qué? —Causa curiosidad.

—A las brujas les encanta mi carne, sobre todo para sacrificios.