Aradia
Muevo mis pestañas observando confundida, es un lugar todo blanco, hay una puerta enorme en frente de mí, pero no tiene ninguna columna que la sostenga, está suspendida en el aire. Me sobresalto cuando se abre, una mujer alta de cabello castaño está en frente de mí, sus mechones de pelo flotan cómo si estuviera bajo el agua y una luz resplandeciente emana de ella.
—¿Quién... ¿Quién eres? —pregunto nerviosa —¿Dónde estamos?
Alza la mano hacia la puerta.
—Allí.
—¿Allí? —Inclino la cabeza confundida.
—Es la puerta de las almas.
—¡Wow! —Me sorprendo —¿Ahí están los muertos? —Apoyo las manos en los cachetes —¡¡Que miedo!! —grito alterada —¡¿Por qué me la nuestras?! ¡¿Estoy muerta?! ¡¡Ay no!! —Agito la cabeza —¡No, no, no!
—Aradia.
—¿Eh? —Detengo mi movimiento cuando me llama —¿Me conoces?
Sonríe con malicia.
—Claro que sí.
—Me estás asustando —digo con miedo.
—Deberías —Alza la mano y una ráfaga de viento me hace volar.
—¡¡No!! —grito despertando y me inclino levantando la mano.
—Aradia, ¿Qué pasa? —pregunta Jovan preocupado, sentándose abruptamente en el colchón que estábamos durmiendo.
Me refriego los ojos al haber llorado por culpa de la pesadilla y miro la habitación.
—Seguimos aquí —Recuerdo que estamos atrapados en el aquelarre Osiris.
—Hey, no llores —Seca otras lágrimas que escapan de mis ojos, entonces toco su mano que está en mi mejilla —¿Mejor?
—Sí, porque estoy contigo —Sonrío y se sonroja.
—Eres muy linda, Aradia.
—¡Jovan! —Lo abrazo.
—Ay me asusté —Se ríe —¿Qué pasa? Cuéntame ¿Qué soñaste? —Apoya su mano en mi cabeza.
—Soñe que me moría —Quiero llorar otra vez.
—No te preocupes, solo ha sido una pesadilla —Besa mi frente.
—Sí, pero parecía tan real... —Mi labio tiembla —y esa mujer, me quería robar algo, pero no sé el qué.
—¿Qué mujer? —Me agarra de los hombros y me mira a los ojos —¿Sabés quién es? Quizás solo soñaste con la Reina Madre, seguro se metió en tu mente con algún truco de magia.
Niego con la cabeza.
—No, se parecía a mí y era más joven que esa bruja. Aunque creo que sí era una hechicera, tenía magia y esas cosas —Levanto una ceja y luego suspiro —. Creo que ya no podré dormir.
—Puedes descansar los ojos —Se ríe tirándome para atrás, para luego abrazarme recostados.
—¡Pero Jovan, no puedo dormir! —le replico.
—¿Y qué quieres que haga? —Me mira confundido —Ya te estoy abrazando ¿o no? No se me ocurre otra cosa —Alza la vista pensativo y luego vuelve a observarme —. Ya verás como todo se arregla.
—No me estás entendiendo —digo sonrojada —yo... yo quiero dejar de pensar.
—Aradia no me digas esas cosas —Se cubre la cara con una mano —. Eres una pervertida.
—No creo que eso sea de pervertida —Hago puchero y se ríe —. Eres mi esposo ¿no? ¿Qué te pasa? —me quejo.
—Me pasa que estamos en la guarida del enemigo ¿Puede ser? —Levanta una ceja.
—¡Pues no hay nadie aquí!
—¿Pero las brujas no tienen bolas mágicas o esas cosas? —Apoya su mano en su barbilla poniéndose pensativo.
—¡Jovan, que inteligente! —digo sorprendida.
—¿Me tratas de bobo? —Me mira raro.
Le pego en el brazo y grito avergonzada.
—¡Es un halago! Ya no quiero tener sexo contigo, adiós —Agarro la manta dándole la espalda enfadada.
—Lo dice la que lo ofreció —Se ríe devuelta y yo me sobresalto dándome cuenta de mi error.
—¡Malo! —Le tiro el almohadón en la cara y se cae de la cama —¡Ay cielos! —grito preocupada —¿Estás bien? —Me acerco al borde para mirarlo.
—Decídete Aradia, ¿Quieres violarme o matarme? —Se levanta del suelo, sobándose el golpe que se dió en la cabeza.
—Esa es una pregunta muy difícil y no la voy a responder —exclamo sonrojada.
Pensar que hablar de estos temas solo los puedo conversar con Jovan, con los demás me daría vergüenza. Más pasa el tiempo, más confianza le tengo. Es muy fácil charlar con mi compañero de vida, mi marido.
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Aradia #5
ParanormalLa razón del todo. Bienvenida al aquelarre Osiris, Aradia. Historia anteriormente llamada: Rechazada. Saga Restauración #5