Aradia #5

14. Miradas

Aradia

Los días siguen pasando y continuamos encerrados en este enorme castillo. Ya recorrí casi cada pasillo de este, algunas puertas están tan cerradas, que hasta me parece trampa. Camino con Jovan, pero nos detenemos al visualizar a Calipso.

Que de hecho no la había visto hace rato, se nota que siempre está ocupada, aunque esta vez su rostro serio se ve con miedo, así que me le acerco.

—Oh cielos —Me cubro la boca —¡Tienes sangre!

—No grites —dice arisca mirándome mal y observa para todos lados, como estando alerta.

—¿Qué sucede? —le pregunta Jovan.

—Se ve grave —le aclaro al mirarlo a él y luego vuelvo a visualizar la sangre en el estómago de la rubia —creo que está infectado ¿Hace cuánto lo tienes? —cuestiono y luego aconsejo —Deberías tratarlo pronto.

—Pronto tengo que atrapar a esa bruja o mi cabeza rodará —ignora mi preocupación, apoyando la espalda sobre la pared y respira agitada, mirando hacia arriba —perdí el rastro —creo que dice para sí misma.

—¡Oye! ¡¿Me escuchas?! —le grito y se sobresalta —¿Dónde vi yo la enfermería aquí? —Pongo un dedo en vi barbilla pensativa, hasta que reacciono —¡Ah sí! —La agarro de la mano —¡Vamos!

—Aradia ¿Estás segura? —pregunta mi marido siguiéndonos y preocupándose por mí —¿Y si es una trampa o algo?

—Tranquilizate, Jovan —Muevo la mano —Tengo todo bajo control —Me río y alzo la vista, entrando a la enfermería —¿o no? —digo confundida —¡Es una jungla! —exclamo sorprendida.

—Que estraño —opina mi esposo lo mismo que yo.

—No es para tanto —Calipso se suelta de mi agarre y avanza hacia un tronco —¿Ryley estás aquí? —llama supongo que al médico.

Me sobresalto cuando visualizo un fuerte color amarillo, detrás de unos lentes trasparentes, un hombre alto con un torso peludo. Además la única prenda que tiene es su pantalón, aparte de una pulsera mágica y extraña en su muñeca, que parece que le genera una herida.

¿Es un prisionero?

—¿Qué raro verte en este lugar Calipso? —pregunta lo que creo que es así que grito.

—¡Un hombre lobo!

Él se ríe.

—Sí, lo sé —me responde y luego mira a la rubia alta —. Huele a sangre.

—Es un rasguño —contesta en tono bajo y observo sus miradas.

Le doy unos codazos a Jovan.

—Estoy shippeando algo —Me río.

Mi esposo bufa.

—Te dije que no leyeras más libros en Wattpad, no puedo creer que Darren te haya instalado la aplicación.

—Ay no seas aburrido —Hago puchero.

—Solo me preocupo por ti.

Me sonrojo sonriente, poniéndome algo tímida.

—Siempre tan lindo.

—No, tú eres la linda —Él también termina ruborizado y se acerca a mi rostro.

—Nos van a ver.

—Tienes razón —Se aleja —aquí no, y no es momento.

¡Ay! ¡¿Por qué lo detuve?! Me arruine el momento yo sola. Los que no perdieron el tiempo son la bruja y el hombre lobo, porque no los veo más.