54. Manantial

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Ace

El vampirito llora y no sé por qué, me encantaría poder ayudarlo. Miro para todos lados en aquél callejón oscuro, entonces vislumbro una luz en el fondo y mi sentido vampírico oye el caudal del agua, así que sonrío. Justo lo que necesito.

Un manantial.

Agarro la mano de Blake y lo guió por el camino. Esta parte es el lugar más iluminado del aquelarre al parecer.

Es hermoso.

—Mira, mi cielo —Le señalo la bonita área silvestre, llena de luces mágicas que vuelan alrededor del agua transparente —. Esas rocas se ven interesantes —Indico una especie de columnas que forman medio círculo dentro y fuera del agua.

—No seas absurd... —Se queda callado cuando observa —. Este lugar...

—Emana una extraña energía ¿no? —opino pensativo poniendo la mano que no sostiene la suya en mi barbilla.

—Pues yo pienso que esas rocas son un portal —Se suelta y las señalas.

—Estoy encantado con tus teorías y desilusionado porque ya no estoy tocando tu aterciopelada mano —Me muerdo el labio inferior y él rueda los ojos —¿Qué? Es la pura y total verdad, aunque también preferiría tocarte en otro contexto, pero no seré vulgar, lo prometo.

—No rimes —dice mientras camina y observa el lugar.

Lo sigo detrás.

—¿Vas a decirme por qué llorabas?

—Porque odio a la gente mentirosa.

—Que mal, porque tú también lo eres —Apoyo la mano en dónde está mi corazón.

Por cierto, se mueve rápido.

—Nunca me excluí de esa oración —me aclara.

—Que feo, no te odies.

Se detiene, por tanto yo también dejo de caminar.

—¿Por qué? —dice en un tono bastante leve.

—Porque tienes corazoncito.

—Ja —Sonríe y sigue mirando al frente —que irónico suena eso.

—Pero es verdad.

—No, pronto me quedaré sin corazón así que de forma literal no es cierto lo que dices —Apoya la mano en su pecho.

—Sé que tienes complejos con tu cuerpo, pero no te trates así, eso no está bien.

Frunce el ceño y se gira a observarme.

—No tengo complejos con mi cuerpo.

Sonrío.

—Claro que sí, has intentado curarte de todas las formas posibles, médicos, ciencia, vampiros, brujas, restauradores y también me incluyo, aunque la lista larga sigue, pero nunca aceptas tu condición.

—Se llama persistencia —me aclara —y de todas formas ¿Cómo sabés tanto?

Apoyo dos dedos en mi boca y despacio los desciendo hasta mi labio inferior.

—He soñado contigo y no hablo de mis sueños eróticos. Bueno un poco también, aunque esos no son visiones ¿Te he dicho que cuando me interesa alguien de manera intensa puedo ver más de esa persona que de otros?

Sus mejillas toman una leve tonalidad rojiza y baja la vista.

—No necesito saber eso.

—Ah pero te gusta saberlo —Me muerdo el labio.

Frunce el ceño.

—Claro que no.

—No puedes mentirme, yo lo veo todo sobre ti.

Alza la vista pero sigue enojado.

—Deja tus cosas de híbrido y mejor céntrate en lo importante, cómo lo que vinimos a hacer aquí.

—¿Salvar a Aradia y vengarte de la bruja? Sí, pero todavía estamos varados en este lugar, así que mientras tanto entraré en tu mente y quizás en otras partes si tú me dejas —Camino hasta él despacio y agarro su barbilla para levantarle la cara —¿No te gustaría profanar un manantial? Enojaría mucho a una bruja.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora