47. ¡No a la esclavitud!

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Aradia

El demonio pervertido ha salvado a mis amigos, ya puedo estar tranquila. Veo como su cola de flecha vuelve a su sitio y luego se da la vuelta, presintiendo algo.

—Oh yo conozco esa energía.

—¡Espera! ¡¿A dónde vas?! —Lo quiero seguir pero Jovan me detiene agarrando mi mano —¡Hay que seguirlo! —le aclaro.

—No, está loco —dice alarmado.

—¡Sí, lo sé! —grito —Pero lo necesitamos de aliado, quizás podamos escapar o saber más cosas —Alzo la voz con emoción.

—Tienes razón, pero con cautela Aradia, por favor —expresa preocupado.

–No pasa nada —Me río y luego salgo corriendo.

—¡Aradia! —Me sigue.

Entro a la sala por donde vi irse a Leik y me sorprendo.

—¡Oh cielos!

Visualizo a Eloise con cadenas, sentada en el suelo. Parece estar moribunda y eso es raro, porque todos pensábamos que estaba muerta.

Cuánta revelación.

—Sabía que esa esencia solo podía ser tuya —declara el demonio observándola de arriba abajo —tan maltratada y aún así te ves hermosa, si me dejarás...

La vampiresa sonríe.

—Ya te lo dije muchas veces, no me gustan los ancianos.

—Ah cierto, eres una pedofila, mil disculpas —Se ríe y luego sea gira hacia mí —. Ustedes las mujeres no entienden todo lo que yo les puedo dar, vida de lujo, placer, todo ¿Qué tiene de malo que sean mis esclavas? No las comprendo —Se muerde la cola de flecha un segundo y luego la apoya en su mejilla —. Soy encantador, solo quiero sus almas, o en tu caso —Se da la vuelta hasta Eloise otra vez —tu cuerpo ¿O tienes alma? Los vampiros siempre me confunden.

—No importa lo que quieras, no obtendrás ninguno de mí ¿Por qué no vas a buscar a Aisha? Seguro le encantará.

—La Reina Madre no es mi tipo de mujer, además no estila belleza como tú.

—Prestale atención, así deja de tenerme envidia.

—¿Hay un triángulo aquí? —opino levantando un dedo.

—Aradia —dice Jovan.

—¡Llegaste! —exclamo animada y pongo mis manos en la cintura —¿Dónde estabas?

—No encontraba la puerta —contesta avergonzado.

Hablando de puertas, la de la izquierda se abre y la líder de las brujas entra.

—¿Hay reunión? —Sonríe la Reina Madre.

—Sí —Leik chasquea los dedos y una chica corre trayendo una silla para él —¿Comenzamos? —Se sienta.

—¿Aquí? —Alza una ceja y entonces me observa.

—No te preguntes por Aradia, ya sabe toda la historia. Así que sigamos con nuestro negocio, quiero conocer a la diosa —confiesa.

—¡¡No se llevarán mi cuerpo!! —grito levantando los brazos. Me sobresalto cuando de repente se abre la puerta en dónde entre con anterioridad —¡Ay! Me asusté —Sonrío nerviosa.

Una castaña avanza en la sala y camina hasta Leik, él le sonríe.

—Nilay ¿Dónde estabas? —le pregunta.

—Visitaba a un viejo amigo —Le responde y cuando pasa por mi lado veo el mismo tatuaje que tiene Max en su brazo. Al acercarse, se sienta sobre él —¿Dónde has estado tú?

Leik apoya la mano en la pierna de ella e ignora su pregunta mirando a la Reina Madre.

—Aisha ¿Conoces a mi adquisición? —Creo que se refiere a la chica que está sobre él —Gracias a ella, los cazadores están alejados —Mira a Eloise —lo siento hermosa, tus aliados no pueden ayudarte, eso te pasa por no aceptarme.

—¡Ah es una cazadora! —Reacciono —¡Y vendió su alma! —Me doy cuenta otra vez —Que horror, un poco de más respeto a ti misma, chica —le digo.

—Me encuentro muy bien donde estoy —me contesta ella y lo besa.

—Ahora no, linda —Leik apoya un dedo en la boca de la tal Nilay —estoy trabajando, me atenderás más tarde.

Ese tipo cada vez me irrita más ¿Quién lo entiende? ¿Quién se cree que es? ¡No a la esclavitud! Está loco.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora