9. El mejor día de mi vida

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Aradia

Camino por los pasillos del castillo, acompañada de la rubia alta Calipso, Uri una pequeña bruja que parece muy caprichosa, la cual lleva a Max de la mano, aunque este no se nota muy convencido de seguirle los pasos.

Llegamos a lo que parece ser una enorme sala principal, en forma de círculo, con un escritorio en medio y me agarra un escalofrío cuando la veo otra vez. Esa mujer de cabellos negros, cuerpo pálido y flaco, uñas puntiagudas.

La Reina Madre.

En definitiva toda una bruja.

—Aradia —Sonríe la mujer cincuentona al verme. Gira su vista a mirar a la rubiecita pequeña —Uri ¿Qué haces aquí? —Luego observa al castaño de arriba abajo, cambiando su expresión de tranquilidad —¿Y por qué traes a este hombre?

—Lo mismo me pregunto, señora —responde Max —¿Ya me puedo ir? ¡Auch! —Se soba el brazo cuando la brujita lo golpea.

Calipso se acerca y le susurra algo al oído. La Reina Madre se ríe y luego me mira.

—Yo te estaba esperando a ti, pero parece que varios cometen los mismos errores que los tuyos. Eres influyente ¿Acaso?

—No entendí —Me lo pienso —¡¡Pero liberé a Jovan!! —exijo.

—Justo hablaba de eso, pero debo felicitarte, elegiste un buen hombre, no como otras —Observa a Uri de manera despectiva y esta se sobresalta asustada.

—¿Para qué lo voy a negar? —exclama Max sonriente —Soy mala persona ¿Me puedo ir?

La bruja mayor le contesta, pero mirando hacia mí.

—Nuestro aquelarre tiene reglas muy estrictas, porque es difícil mantener el orden y cumplir con nuestros destinos al mismo tiempo, pero de aquí nadie se va a ir, menos un hombre que haya consumado el acto con una bruja ritual.

—Yo no sé qué es eso —le aclaro —pero estoy segura de que no soy eso, así que liberé a Jovan —le repito.

—En un principio, pensaba que eras una bruja común y corriente, solemos incluirlas también en nuestras costumbres, pero cuando te vi por primera vez, me di cuenta enseguida de quién eras.

—¡¿Adivinaste mi nombre?! —me sorprendo, agarrándome de los cachetes —¡¿Eres adivina como Ace?! —grito.

Se ríe.

—No, no me refería a eso ¿Sabés el significado de tu nombre?

—Eso lo dijo una vez Blake —recuerdo.

Se hace un silencio y ella levanta una ceja.

—¿Blake? ¿Blake Razieli?

—Sí, es un vampiro —Sonrío ampliamente —¿Lo conoces?

—Ah que aburrido —Bufa —yo pensé que ya se había muerto.

—¡No, para nada! —Agito la mano alegre —Está muy bien, ya es nuestro amigo y todo —Me río.

—Bueno —Junta sus palmas —no importa, esto es lo que haremos ahora, liberaremos a Jovan y tú —Señala a Max —vete preparando, hay una boda que producir, rápido.

—¿Qué? —dice él estando pálido y la rubiecita comienza a saltar feliz.

—Por otra parte, localizame a Eris —le ordena a Calipso —es la única virgen que nos queda.

—Oh —Se sorprende Uri poniéndose más alegre todavía —¡Volveré a ver a mi hermana, que felicidad! —Alza las manos —¡El mejor día de mi vida!

—El peor de la mía —se queja Max.

Corro hasta Calipso y la agarro del brazo emocionada.

—¡Vamos! Llévame con Jovan.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora