Ace
Al parecer no duré mucho cómo vampiro ¿Pero que podía hacer? Los labios de Blake son irresistibles. Aunque eso no puedo decirle a su hermano. Mis últimas palabras tienen que ser importantes.
—Es que me enamoré —confieso poniendo una mano en mi corazón.
—Tus mentiras se irán a la tumba contigo —Me empuja contra la pared, agarrándome del cuello —. Muere Ace —Sus ojos se vuelven rojos al presionar mi piel y de esta salir bastante sangre, manchando sus dedos.
—Emmet, no hagas eso —le pide su hermano estando nervioso, pero este parece que no lo escucha.
—Tú vete a penitencia —lo reprende de una forma que hace tiempo no hacía.
Recuerdo que eso se lo decía cuando fingía ser Nadir.
—¡No me digas lo que tengo que hacer! —se queja.
—Ve a reflexionar —exije severo.
—Vale, vale —Desaparece.
Ay me dejó mientras me rompen el cuellito ¿o no?
—¡¡Emmet, detente!! —Veo a Darren en su forma masculina venir hasta aquí.
¿Cómo llegó la florecita? Es evidente. Ay que bonito el vampirito pidiendo ayuda. Aunque mucha velocidad, igual me estoy ahogando y muriendo. Hagan algo pronto.
—Por favor, Emmet —el restaurador insiste pero el vampiro no me suelta.
No puedo respirar.
—¡¡Emmet!! —grita Darren y le toca el hombro. Una luz brota de su mano y el sexy robot me suelta sintiéndose aturdido, como si toda su energía negativa se hubiera esfumado, adiós enojo —. Bueno, no sabía que podía hacer eso, pero me siento genial —confiesa feliz.
Toso al agacharme en el suelo y noto como las heridas se curan solas. Al despacio levantarme, se oyen unos aplausos y reconozco su voz.
—Bravo, bravo —Bufa —¡Que aburridos son! —se queja Rein en su forma de chico, sentado sobre la rama de un árbol. Mueve sus pies descalzos. Tiene un shorcito y una remera azul, es tan adorable y diabólico a la vez. Inclina la cabeza al mirarnos —. Tú ya deberías estar muerto —me dice.
—Manjar, ¿Por qué no bajas y hablamos? —le pide Darren y el pequeño se ríe.
—Que buen chiste ¿Quieres charlar conmigo? Cómprame comida y después lo evalúo, aunque no hace falta —Mete la mano en un portal que se abre de la nada, se oye un grito desde allí y saca una manzana, la cual muerde —¡Que rico!
—Rein —Avanza dos pasos Emmet al salir de su aturdimiento.
—Casi, casi dejo de estar enojado contigo, pero lo dejaste vivir, eres absurdo, esperemos que Max no sea tan estúpido —opina y sigue comiendo —despues de todo tenemos un trato.
El sexy robot frunce el ceño.
—¿Max? ¿Qué le ofreciste a ese tipo?
—Sí, a él, pues... cosas sucias —Se recuesta sobre la rama, levantando una pierna para apoyar su pie allí. De repente vemos cómo cambia, sus cabellos se convierten en rubios, crecen, sus sexys curvas aparecen y la ropa que le quedaba un poco grande es apretada —. Sé que todo se mueve por unas bonitas caderas ¿No Ace? —Me mira a mí —¿No fue así cómo arreglaste las cosas con Blake en la casa de la playa? Con sexo.
Oh Dios, lo dijo.
—No sé de qué hablas —Sonrío.
Continúa.
—La vergüenza de verlos haciendo eso fue espantosa, pero el rencor que te tengo por sacarme a mis queridas voces es más grande —me cuenta luego vuelve a observar a Emmet —¿No me crees? El beso que viste recién, no es nada con todo lo que hicieron en ese cuartucho.
—Es diabólica —opina Darren y el sexy robot se gira hacia mí, así que el restaurador se pone en medio —. Oye, te me calmas, no hace falta ponernos violentos.
—¿Por qué no? —Regresa a hablar Rein —Puedes ganar puntos conmigo —Revolotea las pestañas y luego mira a Darren otra vez —. Además, no puedes contrarrestar mi energía negativa para siempre, yo sé usar este poder más que tú.
El restaurador levanta el puño.
—Eso ya lo veremos.
ESTÁS LEYENDO
Aradia #5
ParanormalLa razón del todo. Bienvenida al aquelarre Osiris, Aradia. Historia anteriormente llamada: Rechazada. Saga Restauración #5