59. Noche de brujas

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Ace

Ser vampiro tiene muchos beneficios, debí haberlo intentado antes, pude haber hecho tantas cosas sucias y probado tantas técnicas con distintas personas. Sin embargo ya no importa, esta vez hice bien mi elección, de hecho enamorarse de alguien de tu misma especie tiene mucho sentido.

Podría estar toda la eternidad unido a Blake.

Bueno, quizás exagero un poco, pero estar varios días sin detenerme, haciéndole el amor, no me parece mala idea. El tema está que me quiera seguir el ritmo, soy un apasionado del sexo y él es un fanático de la investigación, como que está difícil repartir necesidades. No puedo follarlo todo el tiempo si él está con sus cosas científicas.

De todas formas voy a tener que soltarlo ahora, porque hay que seguir con la búsqueda de Aradia.

Por la poca luz que se asoma, aunque el lugar es oscuro, cálculo que ha cambiado el día. Se me fueron las horas volando, no me di cuenta. Ni siquiera sé cuándo llegamos al pasto. Me he perdido en el momento y no he podido percatarme de lo que sucedía a mi alrededor.

Por eso amo el sexo.

—¿Cómo está mi paraíso? —pregunto agarrando su rostro y lo beso, a lo cual me corresponde —Delicioso —Siento el contacto de la sangre en su boca y me excito.

Hemos estado intercambiando sangre en todo momento, por lo tanto es imposible cansarse.

Veo una extraña nube en el cielo y me separo de él para prestar más atención. Tengo una visión así que me quedo hipnotizado mirando hacia allí.

—¿Ace? —dice Blake mientras empieza a vestirse.

Me desilusionaría por esa acción, sino estaría perdido en aquella premonición.

Es intensa.

Giro mi vista hacia el manantial y presiento que algo va a salir de allí en un futuro no muy lejano. Me sofoco al sobresaltarme, entonces trasmito lo que veo.

—La Reina Madre quiere a Aradia, para meter a la diosa en su cuerpo.

—¿De qué diosa hablas? —pregunta confundido el vampirito.

—La diosa con su mismo nombre, la diosa de las brujas.

—Tiene sentido.

Giro mi vista viendo una visión sobre Seyn.

—Solo el caballero puede abrir la puerta —Me lo pienso —¿Qué puerta? —expreso confundido.

Blake mira el manantial dónde están las rocas.

—Te lo he dicho antes, es obvio que eso es un portal —Analiza la teoría y sonríe dándose cuenta —. Un portal a la puerta de las almas.

—¿A dónde siempre va Crash? —Toco mi barbilla pensativo.

—Se podría decir que sí —exclama algo irritado por nombrarlo, entonces sonrío.

—Amo esos celos.

Se sonroja.

—Ah, no me hables —Se levanta del suelo, ya que termino de vestirse —. Necesito lentes, empiezo a ver borroso —Bufa —¿Y cuál vendría a ser ese ritual?

Miro el cielo, dónde están esas nubes que se mueven en círculos, mostrando las constelaciones, o al menos es lo que veo más allá en lo profundo de mis ojos, con esta visión que me saca de la realidad en la que me encuentro.

—Pues... ¿Hoy?

Blake se ríe.

—¿Cómo sabés?

—Los planetas están alineados, es noche de brujas.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora