Max
Camino por los pasillos del castillo y veo unas chispas de electricidad, que no llegan a ser muy grande, pero que logran guiarme hasta el patio, ya que las sigo.
—Sabía que eras tú —Sonrío cuando veo a Rein sentado en una piedra, en su forma de chico y comiéndose una torta de frutilla con crema.
—Esa bruja hizo un hechizo para que no pudiera entrar al castillo, pero si puedo ir al patio —Se relame los labios ya que tiene crema en estos —. Adivina qué —Se levanta dejando el pastel sobre la roca y se acerca hasta mí.
—¿Estuviste llorando? —pregunto preocupado al ver sus ojos enrojecidos.
Frunce el ceño.
—No, bueno sí... —Vuelve a sonreír —¡Pero por una buena causa, estoy feliz! —Levanta las manos —¡Mi hermano está vivo!
—Wow, no lo sabía. Digo, que pensabas que estaba muerto —expreso desconcertado.
—¡Sí, pero al final ya no! Así que ahora solo me falta recuperar a las voces y seré completamente feliz —exclama animado y me río —¿Qué? —Frunce el ceño otra vez.
—Se te nota —confieso entonces vuelve a sonreír —pero...
—¿Pero? —Alza una ceja.
—¿Y Emmet?
Bufa.
—No me lo nombres, ese se puede ir a la mierda junto con todos los que me separaron de las voces —Se acerca un poco más y me agarra de las manos estando contento —. Al final, solo puedo confiar en ti, Max.
Se me acelera el corazón.
—No me digas eso, que me vuelvo loco.
—No estoy mintiendo, ni coqueteando como la otra vez —me aclara —. Estoy siendo sincero, tú me has aceptado desde el principio con las voces, así que gracias.
Puede notarse lo alegre que se encuentra.
—Bueno, no tengo nada en su contra —opino y repito —. No me han hecho nada.
Se ríe.
—Excepto electrocutarte.
—Sigo vivo —Sonrío de manera amplia.
—Bueno, te diré algo —Suelta mis manos —. Cuando encuentre a las voces, antes de irme, te liberaré de estas locas brujas, estoy caritativo hoy —expresa alegre.
—¿A dónde irás? —digo sorprendido.
—Lejos, muy lejos, tengo que estar alejado de mi hermano lo más que pueda —Se come una frutilla que saca del portal, que abre donde está la torta — ¿Por qué? ¿Quieres venir? —Mastica —Puede ser divertido.
—Eh, no tengo idea —digo confundido.
—¿No me habías ofrecido irnos de viaje antes? —expresa pensativo.
—Fue hace un montón —Me río.
—Ah ya entendí todo, te gusta la brujita ¡Que aburrido! El amor es para bobos —Rueda los ojos —no sirve.
—Eso es porque eliges mal —opino molesto y me cruzo de brazos.
—No peleemos que estoy de buen humor —Agita el dedo —¡Hora de irse! —Abre un portal —¡No te olvides de averiguar sobre las voces, bye!
—¡Espera!
Veo como desaparece y una mano sale dónde está la torta. Le cuesta agarrarla porque se mancha los dedos al no verla y el portal ser chiquito, al solo ser para su mano, es entonces cuando logra pasarla, así que dejo de ver sus acciones.
Regreso al castillo, ya que las puertas del patio siguen cerradas y no puedo irme. Caminando por los pasillos, visualizo a Uri sentada sobre una ventana, así que le sonrío.
—Deberías tener cuidado, te puedes caer —le aviso.
—¿Te gustan los cambiaforma? —Me mira enfadada.
—¿Me estás espiando? —Alzo una ceja y ella baja la vista sonrojada.
—No es verdad, yo solo...
—No me sorprende, eres una bruja —Apoyo la mano en la pared —dicen que son muy fisgonas.
—So... sólo te vi sin querer, no tengo una bola de cristal como la Reina Madre. No hice nada malo ¡No fue a propósito! —insiste muy nerviosa.
—Tengo otra pregunta ¿Hice algo indebido con esta otra persona? —Me hago el interesante.
—Te... te agarró las manos.
—¿Acaso lo besé? —Finjo estar pensativo y pongo una mano en mi barbilla.
—No pero...
—¿Me desnudé o algo por el estilo? ¿Me le tiré encima?
—¡¡No!! —grita alterada —¡¡Ni te atrevas, ay!! —chilla cuando casi se cae para atrás, pero la atajo agarrándola de la espalda, entonces se queda quieta mirándome tímida —Eh, yo...
—Te dije que te podías caer —digo serio.
—Cállate o te llamo a los guardias —amenaza pero lo dice en un tono tan bajo, que no se la cree nadie.
—Llámalos —Me acerco a su rostro —¿Te quedaste muda?
—¡¡Guardias!! —grita de repente rompiéndome el tímpano.
Olvidé que está loca y sí es capaz de estas cosas.
La suelto y se va corriendo, me sobresalto cuando vienen los tipos grandotes, así que apresuro a seguirla para que los haga cambiar de opinión.
Agarro su mano, así que logro detenerla.
—Ay —Su espalda choca contra mi torso —¡Más cuidado! —se queja.
—Dile a tus amigotes que se detengan ahora, o me la van a cortar —le aclaro.
—Ah claro —Reacciona y los mira —. Chicos, fue un malentendido, pueden seguir en sus puestos.
Veo cómo se van y suspiro. Eso estuvo cerca ¡Que horror!
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Aradia #5
ParanormalLa razón del todo. Bienvenida al aquelarre Osiris, Aradia. Historia anteriormente llamada: Rechazada. Saga Restauración #5