Ace
Me levanto de la cama, percibiendo su olor, así que salgo rápido de la habitación, apareciendo en una de las sillas del comedor. Me doy cuenta que tengo los lentes de Blake en la cabeza y regreso al cuarto con la misma rapidez, se los devuelvo, le robo un beso y salgo corriendo otra vez al comedor de la posada. Finjo estar tomando un café que estaba a medio tomar en la mesa.
—Puaj, esto no tiene ni por poco gusto a sangre —Me quejo cuando mi lengua sin querer se moja con el líquido.
La puerta se abre de repente y me sobresalto. Voy a morir, tengo olor a Blake, necesito más café. Comienzo a beberlo aunque no me gusta y hago que se me cae en el traje.
—Hola, Ace —Oigo la voz femenina de Darren y alzo la vista confundido, entonces sonrío cuando lo veo arriba de Emmet, abrazándose de él —¿Has visto un demonio? —pregunta tranquilo.
—No, ¿pero qué haces ahí?
—Está asustado —contesta Emmet —pero ya lo mandé a volar al culpable —me cuenta.
—¡Sí! —expresa Darren animado —Agarró su cola, le dió un giro y lo lanzó muy lejos —Se sigue aferrando —pero no me fío. Además había olvidado estos fuertes brazos —Apoya la cabeza en el cuello de Emmet.
El sexy robot sonríe y luego niega moviendo la cabeza, luego vuelve su rostro frío.
—Regrese a su cuarto —le pide.
—¿Me acompañas?
—No, eso se puede malinterpretar.
Levanta el puño.
—¿Eres mi guardaespaldas o un malpensado?
—Si el patito te ve, se enfadará —le aclaro.
Darren me mira y se lo piensa.
—¿Dónde está Seyn?
—Fue a buscarte, pero aún no volvió —Apoyo la mano en mi mejilla —. Oh Dios ¿Se habrá perdido? Espero que no.
—Es un pato, tarde o temprano regresará —Gira su vista hacia Emmet —. Está bien, no te quedes en mi cuarto, pero custodia en la puerta —Lo abraza más fuerte.
—De acuerdo —le contesta a su manera seca y comienza a caminar.
—¡Bien! —Alza el puño y se suelta saltando, va a su lado.
Emmet se me acerca y yo retrocedo la cabeza cuando veo que me está oliendo.
—Amo el café —Sonrío.
—Tienes una mancha —dice cortante y acompaña a Darren que se va por los pasillos.
Giro mi vista a dónde está Crash, sentado en otra silla que se encuentra más cerca de las ventanas. Se nota que me observa. Aparezco en el asiento de en frente de él y se sobresalta.
—¿Cómo estás? —Le sonrío.
Gira su vista hacia la ventana, intentando ignorarme. Sus mejillas se ruborizan, puedo oler su sangre humana. Es extraño, ¿por qué será?
—Bien —contesta tímido.
—Melocotón —Apoyo mi mano en la suya y por un momento me quedo tildado, sintiendo una mala sensación, entonces la suelto. Observo mi palma viendo que mi reloj sigue detenido, pero siento como si tuviera una diferencia. Alzo la vista a mirarlo otra vez y vuelvo a sonreír —¿Te ha pasado algo interesante que quieras contarme?
—Sí, Tarik dijo que le gusto, aunque creo que eso ya lo sabías.
—Bueno, noté la química, aunque no estaba preguntando por eso.
Gira sus ojos hacia mí y sonríe.
—Ellas quieren recordarte que no te olvides de su trato o yo moriré, porque ahora puedo fallecer, ya no soy inmortal.
Quedo tildado y luego reacciono.
—¿Qué?
Su rostro vuelve a estar tímido.
—¿Te... ¿Te molesta que Tarik sienta eso por mí? —pregunta por el tema anterior, como si no me hubiera dicho nada sobre las voces.
—¿Sigues teniendo el tatuaje? —cuestiono.
—¿Eh? —Reacciona como si yo le hubiera cambiado el tema, pero igual me muestra su mano —No, ya no está —Sonríe —. Ya se fueron, ¿no es genial?
—Te lástimas ¿cierto? —Agarro su muñeca y le muevo la manga viendo una herida que no desaparece —Ese era el olor a sangre que sentí —expreso para mí mismo.
—Ay me lástimas —Forcejea. Mis ojos se vuelven rojos y se sobresalta —¿Ace?
—Melocotón —Frunzo el ceño.
—Me estás asustando.
Sonrío controlando la sed y el color de mis ojos vuelve a la normalidad. Por suerte estoy lleno, pero no me encuentro enojado por esa razón.
—¿Por qué no me contaste?
Se suelta.
—No tengo por qué —dice enfadado mirando hacia el suelo.
—No te lastimes, por favor —expreso preocupado —. Me haces sentir culpable.
Sus ojos se humedecen.
—Pero... —Frunce el ceño —es tu culpa —me acusa y me sobresalto.
Crash no diría eso, estoy por completo seguro, este enojo es influenciado por las voces. Observo otra vez mi mano y suspiro, viendo que es lo diferente en mi mano, hay un tatuaje de araña allí. Cierro mi palma, dándome cuenta que sigo atrapado en el trato que hice con las voces ¿Y lo peor? Mi pago está más cerca de lo que creo. Giro mi vista viendo a Eliza hablando con Maik, la cual se toca su vientre, puede notarse su tranquilidad, y yo puedo ser el culpable de arruinarla.
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Aradia #5
ParanormalLa razón del todo. Bienvenida al aquelarre Osiris, Aradia. Historia anteriormente llamada: Rechazada. Saga Restauración #5