34. Campo de fuerza

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Seyn

Nyx ha desaparecido en uno de sus portales y las alarmas han dejado de sonar. El momento se vuelve molesto, porque solo nos quedamos con Emmet. Nótese que no me cae bien, no lo soporto. Y eso que es como un robot.

—¿Por qué no te vas a buscar a tu niño o algo? —le digo.

—Yo sé que me quieres todo para ti —exclama Darren apoyando su brazo en mi hombro —pero hay que ser amigable con los amigos.

—¿Qué amigos? —Me cruzo de brazos —Yo sé con exactitud lo que hubo entre ustedes y además, estábamos muy bien a solas —Lo miro mal —. No necesito un tercero.

El vampiro sigue sin expresión al observarme.

—Eres una persona muy insegura —opina.

Lo mataría si pudiera.

—Eso lo contrarresta con su ego —contraataca mi macho, pero no me ayuda en lo más mínimo.

—Mejor no me defiendas —Bufo.

—No lo hacía, mi fiel acosador —Revolotea sus pestañas masculinas haciéndose el coqueto.

—Te la pasas burlándote de mí, no te soporto —digo enojado y me alejo, provocando que Darren baje su brazo.

—Hey, casi me caigo, que malo —Hace puchero.

—Te aguantas.

—Siento interrumpir su berrinche de pareja —intercede Emmet —pero alguien se acerca —Mira hacia el cielo.

Una ráfaga de viento se aproxima, se escucha el sonido de un animal y de repente un enorme murciélago gigante está frente a nosotros.

—Albert —pronuncia Emmet.

—No se parece en nada al de la foto —opina Darren sobre las pantallas —¿Puedes convertirte en eso? —Señala al monstruo preguntándole a Emmet.

—No —dice en seco —no tengo tanta edad.

—El bicho me está diciendo algo, pero no sé qué es —aclara viendo que hace un sonido.

—Dijo que ha venido por ti, va a secuestrarte —traduce —y que no opongas resistencia o será peor.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué le pasa?! —me quejo.

—Pues lo siento, pero no voy a ir a ningún lado con esa cosa —expresa firme mi pareja —y no estoy siendo discriminatorio, solo me asusta un poquito, soy sincero.

Creo que "eso" se rió. Ya me dio un escalofrío.

—No puedo creer que vaya a decir esto pero ¡Haz algo! —le digo a Emmet.

—¿Quieres que cometa suicidio? —Me mira con esa cara de póker, que ya me está irritando.

—Pues sí, ¿Eres su guardaespaldas o no?

—Punto para ti.

Veo como Emmet a toda velocidad, intenta golpear a Albert en la cabeza, pero igual de veloz este desaparece, esquivandolo. El murciélago gigante, mueve su ala para pegarle, pero el vampiro logra evitar el choque, dando un salto hacia atrás.

—¡Vámonos! —Reacciono y le digo a Darren que está petrificado mirando.

—Pero Emmet...

—Lo está distrayendo, sino corremos será en vano y ahí sí se encontrará en problemas —Lo agarro de la mano y lo hago correr.

—¡¡No soy un cobarde, yo no huyo!! —se queja.

—¡¿Contra un monstruo quieres pelear?! —Aumento la voz.

—Sí pero...

Se escucha un ruido y vemos cómo Emmet termina bajo los escombros de las paredes de una casa que se acaba de destruir, por el golpe.

—¡Cuidado! —grito cuando el tal Albert se abalanza contra nosotros —¡Mierda! —Caigo al suelo cuando este me empuja y una de sus garras rodean a Darren.

Cabe en tan solo la palma, de tan grande que es el bicho. Me sobresalto cuando extiende las alas. Se prepara para llevárselo, maldición.

—Ni se te ocurra —Saco la espada de la funda de mi espalda.

No sé ni lo que estoy haciendo.

El monstruo sonríe ¡Que miedo! No tengo idea de dónde saco el valor, pero muevo mi arma y mi cerebro no puede procesar lo que acaba de pasar. Corto por completo la mano que sostiene a mi pareja y la sangre se esparce por todo mi cuerpo. Enfadado el animal me ataca y en un intento por defenderme, me cubro, pero su golpe no llega, un extraño escudo aparece en mi muñeca, el cual genera una especie de campo de fuerza que lo hace retroceder. Cuando me quiero dar cuenta, el monstruo se retira, caigo de rodillas y respiro agitado.

¿Qué rayos fue todo eso?

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora