31. Sensación nítida

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Ryley

Hay una suave brisa, el invernadero en el que consigo las plantas medicinales y atiendo a las brujas, está iluminado. Hasta parece de día, ya que las luces mágicas en los vidrios, alumbran las plantas y árboles. Además hay una gran cantidad de individuos que han llegado para que los cure. Soy el responsable de la salud en este lugar, aunque no por propia voluntad. Miro mi muñeca con el brazalete que me lástima y que me mantiene prisionero.

—Hey, lobo ¿Vas a curarme o qué? —me exije una bruja de mala manera, sacándome por completo de mis cavilaciones.

—¿Eh? Sí —Vendo la herida en su brazo —. Es profundo, se infectara ¿Cómo te lo hiciste?

—Eso no te importa, solo limítate a hacer tu trabajo.

Bufo. Esta gente es insoportable. Bueno, aunque otras no tanto. Pienso en... De repente una mala sensación se apodera de mí.

—¿Calipso? Algo malo le pasa a Calipso —digo para mí mismo, sintiendo la conexión que tengo con ella.

—¿Ella? —me contesta la bruja que estoy curando —Se enfrenta como todos a ese vampiro, pero deja de distraerte y concéntrate —Señala su brazo —. Que esclavo incompetente.

Frunzo el ceño.

—¿Vampiro?

La sensación es más nítida. Toco mi estómago. Ella está perdiendo sangre de allí, mucha. Mierda, debo ayudarla, pero ¿Cómo? A la mierda el brazalete. Me corto la carne de manera agresiva y las brujas presentes se asustan, cuando comienzo a cambiar de forma. Me encorvo transformando la fisionomía de mi cuerpo, convirtiéndome en cuadrúpedo, mi piel se llena de un pelaje amarromado y me he vuelto de una altura prominente.

—Lindo lobito —retrocede la bruja al ver mi enorme tamaño.

Le muestro mis afilados dientes y cuando empiezo a correr, no dudan en evitar cruzarse en mi camino.

—¡¡Se escapa!! —dicen lo único que logran gritan por el miedo que sienten.

Sigo el aroma de Calipso buscándola y para salir del castillo rompo una pared, dándole una embestida con mi dura cabeza. Corro por las calles y ahora no solo las pantallas hablan del vampiro, también me nombran a mí. Sin embargo lo único que me importa es encontrar a mi compañera y es lo que hago. Gruño cuando visualizo al tal Albert y mi amaba sostenida desde el cuerno del ala de ese enorme murciélago.

—"Suéltala" —le digo de manera telepática al solo poder comunicarme con mi mente.

—"Oh ¿Un lobito envían ahora? Parece que se les acabaron los trucos a las brujas" —El vampiro gira sus ojos por completo rojos hacia mí —"¿Me infectaras con tu veneno de licántropo? Eso quiero verlo" —se burla y puedo oír como se ríe en sus propios pensamientos.

Y si es así, este tipo tiene mucha confianza, pero no voy a retroceder, lo haré pagar, ya verá. Tengo que sacar a Calipso de su agarre, voy a cortale las alas al infeliz. Corro y sin dudar a la primera oportunidad le muerdo el cuello, lo que sorprende es que se deshace del veneno cortándose su propia piel, pero igual aprovecho su distracción, para quitarle a Calipso. A penas la agarro, en ese mismo instante, Albert me golpea con su ala. Aunque tengo sangre, logro alejarme de él, el cual se cura mientras se acerca hasta nosotros.

Maldición, necesito un plan B y pronto.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora