27. Proteger a mi hermano

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Emmet

Muchos años atrás.

Está lloviendo, se oyen las gotas caer y mi hermano solloza. Lo sostengo aún con mis manos lastimadas, es muy chiquito, es un bebé. Hace frío ¿Cómo voy a protegerlo? Soy solo un niño.

Yo también quiero llorar.

—Pequeño —oigo una voz femenina y dulce. Al girarme, veo una mujer de una cabellera oscura como la noche. Sus ojos verdes me observan, mientras que con una mano sostiene un paraguas y con la otra me alcanza una bolsa, apoyándola a un costado de dónde estoy sentado —seguro tienes hambre, te dejaré esto aquí —Noto que cuando se acerca sus ojos se vuelven rojos al mirar mis manos, luego se aleja y regresan a ser normales.

—Eh... hum, gracias —digo tímido y me refriego el ojo.

—Señorita Goldberg, debemos irnos, no es seguro aquí —Un hombre en un coche caro la llama, al bajar su ventanilla.

—Albert, no seas amargado —lo reprende y luego ella vuelve a mirarme —. Nos volveremos a ver —se despide —y a ti también pequeño —Toca la mantita de mi hermano —¿Cómo se llama?

—No tiene nombre, mamá solo lo tiró —digo nervioso bajando la vista e intento cambiar de tema —¿Cómo se llama usted señorita? —Regreso a mirarla con miedo de que cambie el aspecto de sus ojos otra vez.

—Eloise, Eloise Goldberg —Apoya la mano en mi cabeza —. Cuídate pequeño, te buscaré en cuanto pueda —Se aleja y la sigo con la vista —. Protege a tu hermano también.

Sonrío por primera vez en aquella noche fría.

—Siempre.

Actualidad.

Avanzo por las calles oscuras del aquelarre Osiris y al fondo de una, en una vereda, contra las paredes de esas casas rusticas, no puedo creer lo que estoy viendo. Bueno, puedo esperarlo del adivino, pero de mi hermano, sinceramente pensé que era más inteligente. Yo peleando aquí con brujas, que me tienden trampas a cada momento y estos dos besándose.

En frente de mí.

—¿Te diviertes? —le digo a Ace cuando estoy más cerca, al darme cuenta que le ha sacado los lentes a Blake para robarle un beso.

Asustado, se los devuelve y se aleja rápido de él, pensando que va a zafarse de mi ira.

—¿Eres estúpido? —reprendo a mi hermano el cual se sobresalta mientras se sigue tapando la boca, continuando con su vergüenza, ya que sus mejillas están rojas —¿Involucrarte con este tipo? ¿En serio? —expreso indignado.

—Yo no... —intenta contestarme pero se queda callado.

—No finjas lo evidente, los vi. Sabés lo sensible que eres, no puedo creer que no lo pienses —Vuelvo a mirar a Ace —. Esta persona anda con cualquiera que tenga piernas, no merece ni un poco de atención —digo fríamente y el adivino traga saliva.

—Me ofendes, pero me voy a callar la boca —Ace retrocede.

—Fue un error haberte devuelto a la vida, pero voy a remediarlo ahora mismo —Presiono el puño —. Di tus últimas palabras.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora