45. Pervertido

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Aradia

Tengo que ayudar a mis amigos, pero no sé cómo. Maik y Darren inconscientes, Nyx y Seyn acorralados. Tengo que llegar allí abajo de alguna forma que sea rápida. Listo, me tiro por la ventana.

—¡Aradia, no! —Me detiene Jovan —¡¿Estás loca?!

—¡¡Pero algo hay que hacer!! —grito alterada —¡¡Busquemos una escalera!!

Él suspira.

—Que bueno, algo más prudente —Reacciona cuando me ve corriendo —¡¡Espérame!!

—¡Apresurate, Jovan! —Lo miro un segundo y por esa razón me choco con alguien —¡Ay! —Cierro los ojos esperando el impacto del suelo.

Es extraño aunque... Me acaban de atajar sí, pero como que lo que me agarra no son manos. Abro los ojos ¿Una soga? No, es... ¡Una cola!

—¡Ay mamá! —chillo —¡Oh cielos, tienes cuernos! —le digo al chico que sonríe.

—Tú debes ser Aradia —acota y veo como me suelta despacio.

Me quedo mirando esa flechita en la punta de su rabo.

—Eso debe ser peligroso —opino.

—Lo es, puede cortar una cabeza —Mueve su cola y se corta el cuello él mismo, luego la sostiene con su mano —. No hagan esto en casa, niños —Se ríe.

—La cabeza habla —dice poniéndose pálido Jovan.

Alza una ceja.

—Obvio, mi trasero no va a hacer el que charla, eso sería extraño —Se la pone otra vez en el cuello como si no se la hubiera cortado —. Y hablando de partes traseras —Vuelve a mirarme —¿De qué color son tus panties?

Me sobresalto sonrojándome, así que me enojo.

—¡¡Eso no te incumbe, pervertido!! —le grito —Y no me interrumpas más, que estaba yendo a salvar a mis amigos —Agito la mano.

—¿No tienes curiosidad de saber cómo es que sé tu nombre? —De repente uno de sus ojos no está —Lo sabía, son rosas, me lo imaginaba.

—¿Qué? —Me giro viendo que su ojo ahora se encuentra en la punta de su cola y aquella está dando la vuelta, observando bajo mi falda —¡Pervertido! —Corro detrás de Jovan.

—¡Hey! ¡¿Qué te pasa?! —Se queja mi marido —Más respeto, que es una dama.

—De eso no tengo duda —Su ojo vuelve a dónde debe estar.

¡En su cara!

—Vamonos Jovan, antes de que le tiré un hechizo por pervertido —Le tironeo el brazo.

—¿Quieres que ayude a tus amigos? —De repente ofrece.

—¿Eh? —Me detengo.

—¿Cuál es la trampa? —pregunta mi marido.

¡Que inteligente! Por eso lo amo ¡Voy a fangirlear como Wattpader! ¡¡Jovan, mi amor!!

—Solo quería hacer negocios, como que me venda su alma y eso, por ejemplo —responde muy tranquilo el tipo raro.

—¡¡Estás loco!! —le grito y lo señalo agitando la mano —¡¡Y eres un pervertido!! ¡¡Aléjate!!

—Tienes razón, no me presenté, que descortés, soy Leik Misteik, pero llámame Leik. Seguro te habrás dado cuenta, pero soy un demonio —Alza los brazos —¡¡Tarán!!

—¡¡No me importa!!

—¿Segura que quieres tu alma? —Chasquea los dedos y un documento flotante con una lapicera aparecen a sus costados.

—¡¡Claro que sí!! —Agito los brazos —¡¿Qué clase de pregunta es esa?!

—Digo, eres la incubadora o recipiente de una diosa, pronto ya no podrás usar tu cuerpo. Así que... ¿Para qué quieres tu alma de todas formas?

—¿Qué dices? —expresa atónito mi marido y me observa —Tiene sentido, debe ser por eso que te secuestraron —Se lo piensa —. Ahora que recuerdo, en las leyendas ¿No hay una diosa que se llama Aradia?

—¡Ah, es cierto! —Reacciono —O sea que no quiere matarme —Recuerdo el sueño —¡¡Quiere robarme mi cuerpo!! —Me tiro de los pelos alarmada —¡¡Ay no, no quiero que me quiten el cuerpo, soy muy joven!!

Leik chasquea los dedos y el documento junto con la lapicera desaparecen en un humo como pasó con anterioridad.

—Parece que no hay trato ¿Quienes son sus amiguitos? Quizás alguno si quiera hacer trato conmigo, mientras espero que la Reina Madre me atienda.

—¡Mis amigos están en ese patio! —Señalo la ventana y me doy cuenta —¡Tengo que bajar y ayudarlos!

El demonio se acerca allí y observa ahí abajo.

—Ohlalá, rubia sexy —Se fija en Nyx —¿Cómo se llama?

—Es Rein, allí está Maik, por allá está Seyn y él es Darren —Se los señalo como si nada.

—¿Él? ¿Darren? —Queda pensativo —Pero yo conozco a esa chica, se llama Darlene.

¡Wow! Hace tiempo que no escuchaba ese nombre.

—¿Conoces a Darren? —pregunto sorprendida —No me digas que también es otra incubadora —digo alarmada.

—No —Se ríe —la conozco del extranjero —Chasquea los dedos y su cuerno junto con su cola desaparecen en un humo —. Yo me veía así ¡Tarán! —Vuelve a crujir los dedos y regresa a su forma de demonio —Pero así me veo más guapo —Muerde la flechita de su cola y entonces sonríe —. Bueno, los ayudaré, con una condición.

¿Y ahora qué quiere este pervertido? Mejor que no empiece con cosas raras, que me tengo que apurar ¡Debo ayudar a mis amigos, que deje de molestar!

—¿Qué quieres? —pregunto.

Sonríe amplio.

—Solo que no me vieron, es que quiero hacer una sorpresa.

Aradia #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora