Capítulo N°87

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Mientras caminaba por las calles solitarias de la gran ciudad, mi mente divagaba una y otra vez en el futuro.

El hermoso cielo yacía sobre una ciudad en paz, tranquila, sin preocupaciones, a pesar de estar en un lugar tan pasivo, dentro de mi se batallaba una cadena de emociones.

- Hola- una voz familiar llamó mi atención, me gire hacia todas direcciones, cuando me di vuelta me encontré con los ojos negros de Cesar.

- ¡Cesar! ¿Que haces acá? - lo recibí con un abrazo, el me devolvió el gesto.

- solo pasaba por las calles, es difícil para un lobo caminar tranquilamente en el día rodeado de chupa sangres. - él carcajeó, lo imite. - ¿y tú que hacías en las calles a estas horas?

- yo... Iba para mi casa- sonreí, el me miro con duda.

- si no quieres contarme esta bien, pero, te acompañare a casa- comenzó a caminar, rei- vamos, no impedirás que te acompañe ___, no dejaré que te pase nada, si es necesario te llevaré en brazos...

- ehh, mi casa es por allá- señale el sentido contrario al que iba César, el sonrió avergonzado.

- por eso decía que era por allá- avanzo a toda prisa hacia mi, y comenzamos nuestra caminata.

(...)

- gracias por la compañía- llame al ascensor y me quedé parada frente a el, esperando a que las puertas se abrieran, César sonrió con ternura.

- no fue nada- respondió- siempre podrás contar con tu amigo canino- reí, porfin utilizó el apodo que le puse. - descansa ___- se acerco a mi rostro, miro mis labios, imite su acción, se acercó hasta rozar nuestras bocas y... Nada.

Un señor de edad avanzada, chocó con nosotros.

- disculpen muchachos, yo también estoy esperando el ascensor- él señor sonrió, se me hizo conocido.

- creo que es hora de irme- anuncio Cesar mirándome un poco incómodo, asenti con las mejillas como tomate- descansa- sonrió y desapareció en la puerta de entrada. Bufé, que noche.

Al fin el ascensor se abrió ante mi, deje que el señor pase primero, lo seguí, marque el número de piso y las puertas se cerraron.

- ¿es su novio? - pregunto él.

- ¿quien? - me hize la tonta.

- el joven que estaba con usted- respondió, reí nerviosa.

- eh, no, no tengo novio.

- oh ¿no tiene novio? Que extraño. - note algo extraño en su voz ¿decepción? Raro.

- no, bueno creí que lo tenía, pero creo que solo fui una juego para él- mi mente melancólica pensó en Christopher.

- entiendo- respondió, las puertas se abrieron- creo que es mi piso- salió lentamente del ascensor, pero se giro cuando ya estaba por cruzar las puertas- si permite mi humilde opinión, creo que el muchacho esta muy arrepentido de como actuó, y le pediría disculpas, perp como no está acá, yo le pediré perdón de su parte; por favor perdone al chico señorita. - salió- adiós- sin más las puertas de cerraron, perdí la visión del señor, me quedé pensativa.

Las puertas se abrieron sacandome del trance, avance hacia mi departamento, llegue y me acomode en el sofá, el sueño comenzaba a apoderarse de mí, y caí en cuenta de que me había quedado dormida.

(...)

- ___, despierta, vamos despierta- oí una voz distante. Abrí un ojo, y me encontré con el rostro de Erick, me sobresalte y de un brinco me levante del sofá en el que al parecer me habría quedado dormida.

El Chico Misterioso || Christopher Velez y tu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora