Capítulo N°83

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Dios ¿acaba de decir lo que creo que escuche?

- Christopher... - tomó mi mano y me atrajo hacia él en un a tierno abrazo.

- ___, quédate conmigo, por favor- murmuro a mi oído. Lo aparte levemente.

- Chris, no... -su rostro se entristeció. Solto mis manos y se dispuso a caminar en sentido contrario al nuestro, pero lo detuve tomándolo por la cintura y apoyando mi cabeza en su espalda, él se congeló-...no... No tienes que pedirme porfavor, quedarme contigo es lo que más deseó en este mundo- se giro y me levanto en brazos, dándome vueltas en el aire. Escuche su risa, también reí. Me bajo y me atrajo hacía él, en un tierno beso.

- bien, bien ¡par de tórtolos! ¡Hora de irse! - La voz de Joel zumbo en mis oídos, me separe de Christopher.

- ¿vamos? - Christopher me ofreció su mano, gustosa la tome, sonreímos como un par de idiotas enamorados.

- hey, con tanta dulzura me dará diabetes- Fingió molestia Erick. Reímos.

(...)

Bien, paso una hora desde que comenzamos a caminar. ¿A donde? A nada más ni nada menos que al portal de un bosque, o eso fue lo que dijo Richard. Ya qué las personas que nos secuestraron nos dejaron en libertad por alguna extraña razón, es de suponerse que no nos están buscando, haci que podemos utilizar los medios de transporte vampirescos, es decir sus famosos Portales, y al parecer hay uno en este bosque.

Durante todo el trayecto Christopher y yo estuvimos como dos chicles pegados, de vez en cuando parabamos y Christopher me robaba un beso, era adorable.

- ¿cuanto falta? - refunfuño Erick.

- poco, muy poco- susurro Zabdiel con la vista perdida.

- ¡ya estoy cansado! Cargar tantas flores mientras caminas no es nada fácil- Cuestiono Erick, reí ante su comentario.

- Erick, allí tienes menos de mil flores, te recuerdo que perdiste muchas en el caminó- sonreí, él me fulminó con la mirada.

- hey, hey, no creo que Maddy se ponga a contar una por una las flores, Erick- lo consoló Joel.

(...)

- ¿783 flores? - Maddy sonrió, Erick se rascó la nuca nervioso.

- cariño, te juro que allí tenía dos mil flores, enserio- Maddy dejo el ramo de rosas en la mesa del comedor donde estábamos sentados, se acercó a Erick y le dio un beso tierno.

- no hubiera importado que me regales una roca, solo con saber que te acordaste de mi es suficiente. - susurro Maddy a Erick, sonrieron como bobos.

- ¡Bien! ¡Ya tenemos a dos pares de tortolos! - Grito Zabdiel con los brazos extendidos en forma de exageración- ¿que nos está pasando muchachos? Primero Christopher, y ahora Erick, ¡ah!  Y no olvidemos a Richard- dirigió su mirada hacia el mencionado- viejo ¿que tal esta mi bella sobrina? - Richard sonrió inocente.

- bueno, aún espera su unicornio que le prometió su querido tío Zabdiel- dijo con voz burlona, agitando las pestañas de forma infantil.

- esperen, ¿Sobrina? - pregunte mirando a Richard.

- eh... Si, tengo una hija- respondió Richard sonriendo. Abrí los ojos como platos.

- una.. ¿Hija? ¿Tienes una familia?

- si, son humanas, viven en California, voy una vez al mes a visitarlas.
- ellas no son...

- no, nunca quisieron involucrarse en "mi mundo", quieren una vida normal. - murmuro, y fingió una sonrisa, aunque podía ver el dolor en sus ojos.

El Chico Misterioso || Christopher Velez y tu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora