Kim Taehyung es un omega que vive una vida tranquila, tiene un trabajo estable y personas a las que llamar familia, sin embargo los demonios del pasado son demasiados y pronto volverán, incluyendo a aquél que le hizo más daño, su pareja destinada.
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Jimin observó con una sonrisa como su pequeño patinaba de la mano del actor que le ayudaba a girar ágilmente sobre la capa de hielo, parecía divertirse tanto que él no podía evitar sonreír también.
Y aunque al principio se había impactado al escuchar que esa pista de hielo era solamente del actor, ahora le parecía lo mejor, no quería ser víctima de algún reportero que persiguiera al actor y malinterpretara de alguna manera su presencia ahí.
—¿No quieres intentarlo? —Escuchó una voz grave preguntar, giró levemente y observó el perfil de Yoongi, la mirada del otro alfa estaba fija en Jungkook, que reía mientras veía como el niño giraba cómicamente.
—¿Debería? Nunca lo he intentado. —confesó, dedicandole una mirada curiosa al alfa a su lado.
—No es tan difícil—Le vio sonreír, aquella sonrisa lo hacía ver más joven, por lo suave de sus rasgos—, aunque para ser sincero, yo apesto.
Yoongi giró totalmente y fue entonces cuando notó aquél cardenal sobre la pálida piel de su mejilla derecha. Antes de poder evitarlo y como si una fuerza lo empujara a hacerlo, su mano se acercó, sus dedos acariciando suavemente la mejilla del mayor.
Notó como las cejas de Yoongi se arqueaban por la sorpresa.
—¿...Como te hic-?—Las palabras murieron en su garganta, mientras Yoongi tragaba duro.
—Me caí—explicó simplemente, antes de que su expresión se relajara—. ¿Lo intentaras? Buscaré café, así que puedo buscarte los patines.
—¿Puedo acompañarte? Ya el frío de este lugar me está congelando—Yoongi asintió y se levantó, siendo seguido por el omega, que no podía dejar de lado aquél sentimiento extraño en su pecho al ver ese golpe. ¿O era eso preocupación? Pero, ¿Por quién? ¿Por Yoongi? ¿Por alguien a quien solo había visto tres veces? No podía entenderlo.
—Aquí tienes—agradeció en voz baja al recibir el vaso con café, llevándoselo a los labios y quemándose en el proceso. Siseó y antes de dejarlo caer, Yoongi lo tomó, sonriendo levemente en forma de disculpa—. Lo siento, suelo tomarlo demasiado caliente y-
—No, está bien, fue mi culpa. —Yoongi maldijo en su mente, su alfa lo había vuelto un desastre.
—¿Por qué no regresas allá dentro? Así le darás tiempo al café que se enfríe, iré por algunos dulces para Jeonggukkie y buscaré algo de café para Jungkook.
—Lo están malcriando—bufó, fingiendo enojo.
—He malcriado demasiado al mayor, así que no puede decir mucho—una risita escapó sus labios antes de tomar el vaso de café y señalar la puerta, el alfa asintió y cuando salió de aquella habitación, no pudo evitar suspirar. ¿Por qué estaba actuando tan extraño? Esa aura tan incómoda era la misma que cuando Yoongi había tomado su mano en el auto. Se rascó la nuca y regresó a la pista, observando al Jungkook mayor deslizarse hábilmente por el hielo, con una expresión seria.
