Kim Taehyung es un omega que vive una vida tranquila, tiene un trabajo estable y personas a las que llamar familia, sin embargo los demonios del pasado son demasiados y pronto volverán, incluyendo a aquél que le hizo más daño, su pareja destinada.
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Hoseok observó con seriedad a los bailarines, con tan poco tiempo para la presentación, no había tiempo para que ninguno cometiera algún tipo de error simple. Y la mejor forma de evitarlo era practicando, hasta que fueran capaces de hacer la rutina hasta dormidos. Los chicos ya lucían un poco cansados, y no era para menos, habían pasado las últimas cuatro horas repitiendo sin parar la rutina.
—Profesor, alguien lo busca. —Levantó la mano en señal de que no lo interrumpiera, pero terminó girando al notar la esencia de Camille. Esta esbozó una sonrisa y levantó la mano para saludarlo. ¿Qué hacía ahí? La había visto hace unas horas y a esta hora debía estar trabajando.
—Tomemos un descanso—La música rápidamente se detuvo y todos se dejaron caer al suelo, exhaustos. Caminó hacia ella, notando como su sonrisa no llegaba a sus ojos, algo que no era común pero tampoco extraño en Camille. Luego de tantos días con ella, había aprendido a leer ciertos gestos.
—Hola Hobi.
—¿Estabas llorando?—mencionó al notar sus ojos rojos, Camille negó levemente. Mentirosa, quiso decirle, pero no dijo nada. Hizo un ademán hacia al final del pasillo, caminaron hasta su oficina en silencio.
—... Renuncié a mi trabajo—Confesó esta repentinamente.
—¿Qué?
—Renuncié—repitió, al sentarse en una de las sillas y verlo a los ojos—. No pongas esa cara, no es tan malo.
—P-Pero... ¿Por qué?
—Tuve un problema con mi jefe. Algo sobre el pasado y preferí dejarlo hasta ahí—suspiró, haciendo un ademán con las manos. Hoseok se sentó a su lado, observándola fijamente, aún sin creérselo. Camille no hacía más que hablar de cuánto le gustaba su trabajo.
—¿Y qué harás?
—¿Con respecto a?
—¿Regresaras a Franci-?
—No, eso no. —replicó en voz sería, plana y pudo ver en sus ojos una emoción, rabia, nostalgia... ¿O era dolor?—. No quiero regresar jamás, hay muchos malos recuerdos. Además, hay cosas aquí que no quiero dejar—sonrió levemente al tomar una de sus manos—. Probablemente busque otro trabajo, quizás uno por internet o algo parecido.
—Mi turno no termina hasta las siete, no falta mucho tiempo, pero puedes quedarte aquí mientras se hace la hora. —Sus mejillas se ruborizaron—. Bueno, si quieres, hay un centro comercial cerca, también. Por si te aburres. O quizás quieras regresar a casa.
—Puedo esperar por ti, no tengo nada que hacer.
—Claro...
—...—Camille tomó una post-it y escribió algo, antes de pegarlo en su chaqueta, logrando que la observara fijamente, con una ceja arqueada. Había sido muy repentino.
