Kim Taehyung es un omega que vive una vida tranquila, tiene un trabajo estable y personas a las que llamar familia, sin embargo los demonios del pasado son demasiados y pronto volverán, incluyendo a aquél que le hizo más daño, su pareja destinada.
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Zhoumi se apoyó del marco, observando a Yoongi volcar el contenido de su estómago de manera violenta contra el inodoro. Soltó un suspiro y luego tomó la botella de vidrio de la cosmetiquera, el sub-alfa se lavó la boca y luego la cara, luciendo más pálido de lo normal.
—Ven, abre la boca.
—Eso sonó raro—Zhoumi soltó una risita, abriendo la botella y tomando con el gotero de la tapa la mitad, vertió la cantidad en la boca del menor, que tragó e hizo un mohín.
—Aigoo, Yoongi—Su sonrisa desapareció y sus rasgos se relajaron—. ¿Desde hace cuanto estas así?
—Me la pase toda la noche comiendo porquerías, me merezco esto—jadeo, caminando a paso lento para dejarse caer en el mueble—. Gracias por venir, hyung.
—Aunque me parece raro, sé que no tienes muchos amigos—Yoongi arqueo una ceja—. Bien, no tienes más amigos como yo, pero esto no ético, se supone que soy tu doctor, ¿Sabes? Podías haber llamado a ese omega o a tu prometido.
—Hoy es el cumpleaños del cachorro de Jimin, no lo voy a molestar con algo como esto—Le explicó, tomando su teléfono—. Y Jungkook... Pues, peleamos.
—¿Por el bebé?
—No, porque soy un cobarde que no entiende qué demonios siente—se quejó, restregándose el rostro y con la cabeza baja—. Ahora piensa que no lo amo y probablemente piensa que lo odio, que me molesta y que realmente lo hice para deshacerme de él, hyung, pero no es así.
—¿Lo amas, entonces?
—A mi manera, claro que lo hago—Jungkook que había llegado hacía unos segundos, solo se pasó la lengua por los labios. Zhoumi lo había notado y por eso había preguntado eso.
—Bien, mi trabajo aquí ha terminado, Yoongoo—le palmeó el hombro, Yoongi solo escuchó sus pasos y como la puerta se cerraba. Después de que Jungkook se fuera, había hecho una exagerada orden de la comida más grasienta en la que podía pensar y se había comido todo. El resultado por supuesto era que apenas había dormido en toda la noche por estar vomitando todo. Había amanecido tan mal que no había tenido de otra que llamar a Zhoumi por temor a que algo ocurriera.
—Hyung.
Yoongi se tensó en su lugar, Jungkook avanzó hasta su lado y se sentó en la esquina de la mesa. Nuevamente estaban en aquella posición, Yoongi alzó la mirada temeroso, pero sólo se encontró con los hermosos ojos de Jungkook. El actor tenía unos preciosos ojos de ciervo que le daban un aire infantil y que habían sido el mayor complejo del actor cuando estaba terminando la pubertad. El actor se mordió los labios y fue entonces cuando notó aquél aroma inconfundible.
—Bebiste.
—Lo hice.
—¿Te...? —Jungkook negó levemente, sabiendo a qué se refería. En sus antiguas peleas, Jungkook solía emborracharse y acostarse con cualquiera que se le pasara por al frente, lo hacía con un solo fin, porque sabía cuánto molestaba eso a Yoongi—. No, por supuesto que no. No ahora.
