Kim Taehyung es un omega que vive una vida tranquila, tiene un trabajo estable y personas a las que llamar familia, sin embargo los demonios del pasado son demasiados y pronto volverán, incluyendo a aquél que le hizo más daño, su pareja destinada.
⇏...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jin se quejó cuando la lengua de Miyeon entró en su boca y mordió su lengua por error, apretó el brazo de modelo, que simplemente mordió su labio inferior, sacándole un siseo.
Cuando se separaron, ella le pisó con fuerza debajo de la mesa.
—No dejes marcas—se quejó, colocando su bolso en la mesa—. La fiesta será pronto, Jin, no lo arruines.
—No puedo evitarlo, aún si cierro los ojos y pienso que eres él, esto no deja de ser incómodo—susurró, restregándose el rostro con molestia.
Miyeon solo le dedicó una mirada seria antes de suspirar.
—¿Desde hace cuanto no lo ves?
—Casi tres semanas... —musitó, tomando el resto de la champaña que había en su copa—. ¿Por qué?
—Debo de viajar, no es un viaje de negocios, solo debo resolver ciertos asuntos—le informó con voz cansada la sub-alfa.
—¿A dónde iras?
—A Alemania, no tardaré mucho. Si eres lo suficientemente inteligente, esta vez podrás verlo sin tener a alguien persiguiéndolos.
—¿Cuando te vas?
—Mañana, debo de viajar esta noche—Le informó en su usual tono vacío—. El vuelo sale desde Gimhae, será solo un fin de semana.
—Ya veo.
—Bueno, es hora de que me vaya, pasaré la noche con Minhyuk—Miyeon recogió sus cosas y su abrigo—. Por no mencionar que debo terminar de empacar.
—Cierto, ¿Como sigue él?
—Adolorido, pero ya puede articular ciertas cosas y me dijeron que aumentarían sus terapias. Ha llorado mucho por el dolor, pero de seguir así, pronto se recuperará. —Tomó sus llaves—. Ahora si, hasta luego.
—Hasta luego—Miyeon salió de su departamento, Seokjin solo la observó irse con una extraña expresión vacía. Hacía una semana que había alquilado aquél lujoso penthouse, le había ofrecido a Namjoon una de sus habitaciones disponibles, pero el omega se había negado mencionando que aquél simple departamento era su hogar y que no lo dejaría por nada del mundo.
Era horrible, la soledad que a veces sentía.
Apoyó un brazo en el mueble y giró la cabeza, observando distraídamente al reportero que estaba en el otro edificio y que pensaba que no podía verlo desde su lugar. Soltó una risita y se hundió en el sofá, últimamente estaba algo temperamental y eso solo significaba que su celo estaba cerca. Una semana o un par de días como mucho.
Abrazó uno de los cojines y bostezo, mentalmente exhausto. Debido a unas nuevas construcciones en el área en la que su consultorio se encontraba, habían apilado todas sus consultas (y las de sus compañeras) en una semana, hecho que los habían dejado tan cansados que necesitarían una semana durmiendo.
