Kim Taehyung es un omega que vive una vida tranquila, tiene un trabajo estable y personas a las que llamar familia, sin embargo los demonios del pasado son demasiados y pronto volverán, incluyendo a aquél que le hizo más daño, su pareja destinada.
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—Papi—Jimin bajó la mirada hasta Jeonggukkie, que observaba con una mueca el colorido cuadernillo de lectura—. ¿Qué es un rascacielos? ¿Es un rastrillo muuuy alto para las nubes?
El comentario, junto a la expresión seria del niño lo hizo soltar una risita. Dejó la pintura a un lado y le dio una mirada a las imágenes del cuento. Al parecer era una historia de un niño que soñaba con escalar el rascacielos más alto, para tocar una nube.
—No, Ggukkie, un rascacielos es un edificio muy alto. ¿Recuerdas ese edificio por el que pasamos ayer? —Dos semanas había encontrado a Taehyung en el nido, además de su salida con Yoongi. Que curiosamente había desaparecido del panorama, Jungkook también lo había hecho y aunque en parte lo agradecía, porque prefería su tranquilidad, no dejaba de parecerle extraño—. O el edificio donde Taetae trabaja, ese también es un rascacielos.
—Oh...—el niño bajó la mirada a los dibujos antes de reír—. Aunque sería genial que existiera algo así, papi.
—¿Un rastrillo para nubes?
—Sí, algo que pueda pasar por las nubes, para dividirlas.
—Los aviones pueden hacer eso, Ggukkie. Aunque no estoy seguro de que puedan dividirlas.
—¿Y no se quedan atrapados en ellas? Las nubes son como algodón—pronunció el menor, algo preocupado—. Eso puede ser peligroso.
Antes de poder responderle, el sonido del timbre hizo eco por toda la sala. Jungkookie se levantó antes de que pudiera detenerlo y corrió hasta la puerta, casi tropezando con el escalón que había en el área del zapatero.
El niño abrió la puerta con lentitud, sus ojos brillando al ver a aquella persona. El hombre mayor soltó una risita y se arrodillo para que el niño saltara a sus brazos, contento por verlo después de muchos meses.
—¡Abuelo, regresaste! —El mayor soltó una risita y cargó al pequeño, arrastrando la gran maleta detrás de él.
—Hola Jeongggukie—le saludó con una sonrisa—, ¿Dónde está tu papi?
El aludido se levantó al escuchar aquella voz, sonrió y se acercó hacia ellos. También feliz de ver al padre de Taehyung, el mayor se había convertido en una especie de segundo padre para él desde que había decidido abandonar Busan al avanzar su embarazo y había conocido a Taehyung. El hombre tenía la misma edad que su propio padre y solía cuidarlo como si fuera su propio hijo, Jimin estaba muy agradecido con él y con su esposa por todas las atenciones que le daban a él y a Jungkookie.
—¡Abeoji, pero que bien se ve! —Le dijo con una sonrisa, el hombre estaba en condiciones más que optimas para su edad—. Parece que la brisa de la playa le quito unos veinte años de encima.
—No bromees, vengo con cuarenta años más de Estados Unidos—bromeó aquél hombre, palmeando el hombro del omega, que soltó una carcajada—. Ahora, ¿Ya cenaron?
