Kim Taehyung es un omega que vive una vida tranquila, tiene un trabajo estable y personas a las que llamar familia, sin embargo los demonios del pasado son demasiados y pronto volverán, incluyendo a aquél que le hizo más daño, su pareja destinada.
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—No creo que los dejen pasar—Klaus resopló y Camille solo hizo un mohín, claramente incómoda por la situación. Ambos alfas lucían como cachorros demasiado grandes persiguiendo a su pequeño amo.
Hans soltó un suspiro y dejó que los otros le siguieran a través de los largos pasillos que dirigían hasta la sala donde se haría la reunión. Al principio, Klaus había hecho lo posible para que Hans no tuviera que ir, la universidad estaba informada de su situación, pero el evento, más que por su talento y por las oportunidades que pudieran traer, tenía ahora un sentido más personal para el omega pelirrojo.
Aunque aún se sentía herido y dolido, luego de haber conversado durante toda la noche con su hermano, había preferido tener algo en qué ocupar su mente más que en los malos recuerdos de lo que ese hombre le había hecho.
Y como era de esperarse, el encargado de la seguridad les detuvo, explicándoles amablemente que en la reunión solo se permitía la presencia de los artistas omegas, aún si se tratase de participantes aliados, como era el caso de Camille, que iba a participar en el evento como aliada de parte de la revista. Los dos alfas se observaron, antes de encogerse de hombros y señalar un restaurante con mesas en las afueras, al otro lado de la calle.
—Supongo que te esperaremos allá.
—Está bien, nos vemos en un rato—Los dos se quedaron ahí por un rato, hasta que no pudieron ver la espalda del pelirrojo entre el tumulto de gente. Se alejaron del lugar en silencio, hacía muchos años que la presencia de uno había sido agradable para el otro.
—¿Lo llevaras contigo, no es así?
—Por supuesto, el aborto aquí es ilegal y penalizado, me gustaría pensar que eso no se dio, pero no quiero esperar para actuar. —Camille se mordió los labios, escuchar el tono de abogado de Klaus para hablar de Hans era algo que no esperaba ver ni escuchar jamás—. Sobre todo porque sé cuánto puede afectarlo. El siempre ha sido el más sensible de los tres.
Camille asintió levemente, al tomar asiento en una de las mesas de la parte delantera del restaurante. Desde ahí, se podía ver a los reporteros tratando de tomar fotografías de todos los artistas que participarían en el evento, más de uno sonreía a la cámara, halagado por el spotlight. Una subasta con el fin de recaudar fondos para las organizaciones que ayudaban a omegas, en especial a aquellos que habían sido abusados y al que la sociedad les había negado una ayuda. O algo así se decía.
—¿Cómo... está todo? —Camille le dedicó una mirada al rubio al escuchar su tono tan incómodo, casi riendo al notar como el rostro de Klaus estaba un poco hinchado.
—Klaus, ¿Has dormido bien estas noches? No es bueno en tu estado que no duermas lo suficiente.
