Kim Taehyung es un omega que vive una vida tranquila, tiene un trabajo estable y personas a las que llamar familia, sin embargo los demonios del pasado son demasiados y pronto volverán, incluyendo a aquél que le hizo más daño, su pareja destinada.
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—Felicitaciones, Namjoon-ssi, usted está esperando un cachorro. —Por un minuto, Namjoon juró que el único sonido que podía escuchar fue el vacío, incluso cuando sus ojos captaba como la boca del doctor se movía. El ruido blanco pareció llenar sus oídos, tomó los resultados y salió del consultorio, mordiéndose los labios y con la cabeza en las nubes. Había tenido sus sospechas, los extraños mareos y aquellas náuseas ante ciertos alimentos encendieron sus alarmas, también era sexualmente activo y aunque la idea le pasó por la cabeza, la negó hasta que había escuchado las palabras del doctor.
No estaba seguro de cómo sentirse al respecto.
¿La píldora había fallado? Había estado tomándola diligentemente durante todo el tiempo que llevaba con Camille y con Hoseok, entonces, ¿... Como? Ah, claro. El celo de Hoseok se había sincronizado con el suyo porque el de Camille había hecho que se adelantará.
Eso quería decir que el bebé que esperaba era de Hoseok, ¿No es así?
Se rasco la nuca y se sentó en una de las bancas del lugar, observando a las personas caminar de un lado a otro. Por primera vez, Namjoon fue consciente de la gente que iba con sus cachorros, algunos eran pequeños, otros eran más grandes y jugaban con sus padres en el pasto del parque. Observó a los otros omegas reír con sus bebés, quienes soltaba risitas infantiles.
Apretó la mandíbula, bajando la mirada a su abdomen.
Si hubiese sido otra persona, quizás un bebé a esas alturas no sería tan problemático. Y al pensar en eso se mordió los labios, no debía llamar a aquello en su vientre un problema.
Pero al final del día, era...
Namjoon se había graduado con honores de su universidad y daba clases, así como conferencias a los omegas, por no mencionar que se había vuelto lo más parecido a un activista de los derechos de omegas. Tenía apariciones regulares en la televisión, las personas de otros países iban a hacerle entrevistas y era algo como una personalidad importante, aunque sin la parte de que la gente lo acosaba al menos.
Se levantó del banco y dio una larga caminata, compró algo de comida picante y llegó a la casa pasadas las siete. Hoseok no llegaba sino hasta las ocho y Camille solía ser la última en llegar, por lo que esperó estar solo, pero al abrir la puerta se encontró con Camille, que llevaba una bandeja en brazos.
—Oh, pensé que irías por Hoseok—le dijo ella, acercándose para darle un abrazo, su ahora cabello corto haciéndole cosquillas contra las mejillas—. ¿Sucedió algo, Namu?
—Estoy estresado por algo—le dijo, Camille posó la bandeja en la mesa y caminó hasta el sofá cama, acomodándolo antes de sentarse en él.
—¿Quieres hablarlo...? —negó levemente y posó su bolsa sobre la mesa, para acomodarse en aquél espacio, acurrucándose contra la figura cálida de la mujer, era lo que solía hacer cuando algo lo estresaba—. Aunque esto también está bien.
