-Mamá, ¿cómo haces tú para componer?
-Ufffff... Emma, ¿por qué no le haces esta pregunta a papá? Seguro que él te la sabe explicar mucho mejor que yo...
-Ya se la he hecho. Pero no sé... Quiero saber. Papá dice que hay que vivirlo, que es algo que sale de dentro. O, al menos, que así es como se empieza.
-¿Ves? Él lo sabe decir mucho mejor. Aun así, no es fácil.
-¿No? Yo a ti te veo al piano y...
-No, cariño. Al principio me costó mucho empezar a componer, no como a papá.
-Pero él dice que sus primeras composiciones estaban vacías.
-Puede. Pero lo intentaba.
-Las mías también están vacías... Papá dice que necesito encontrar lo que le dé el significado. ¿Tú sabes lo que es, mamá?
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(Emma)
Creo que nadie se esperaba el hitazo en el que se convirtió nuestro pequeño disco. Casi treinta años después de que mamá y papá interpretaran alguno de los temas, de repente volvían a sonar en la radio con las voces de Alejandro, Helga y mía.
Recuerdo perfectamente el día que Lorenzo llamó a mamá para preguntarle acerca del disco que acababa de alcanzar el número 1 en no sé qué lista y que tenía nuestros apellidos en él. Estábamos los cinco desayunando en la mesa de la cocina porque era viernes, pero de vacaciones, así que papá había decidido entrar más tarde a trabajar y Alejandro y yo estábamos discutiendo sobre quién tenía el turno de ir aquella vez a Suebre Music. Porque claro, con el disco todo se nos había descolocado un poco.
Mamá colgó el teléfono, blanca como la pared, después de asegurarle a Lorenzo que averiguaría de lo que hablaba y le llamaría de nuevo. Como si lo hiciera alguna vez...
Así que, después de la llamada, el revuelo invadió la casa y la calma tardó en volver. Alejandro y yo estábamos que nos subíamos por las paredes de la emoción, pero Helga puso cara de enfurruñada y no se le fue en las siguientes semanas. No le hacía gracia que su voz, que, según ella, nos había "prestado" de mala gana, estuviera sonando en las radios del país como si tal cosa durante el resto del verano.
Pero ahí no quedó todo. Dos o tres días después ya estábamos recibiendo ofertas para acudir a entrevistas o participar en actos y conciertos benéficos. Y fue entonces cuando comprendí que se nos había ido de las manos. ¿Cómo era posible que Nuestra versión hubiera tenido tanto impacto?
-Ni hablar, Alfred. Llama y di que los niños no van a participar. Son demasiado pequeños -le cortó mamá a papá una tarde, mientras papá informaba de las ofertas.
-Pero Amaia, tú eras la primera que, con su edad, ya habías estado cientos de veces sobre un escenario. Y yo también. Además, esto es por una causa benéfica. Yo creo que deben elegir ellos, como siempre -le replicó papá. Entonces vi cómo mamá bajaba la cabeza con el ceño fruncido. Papá había ganado un punto-. Helga, Alejandro, Emma, podéis hacer lo que queráis, mamá y yo os apoyaremos.
-Pero las entrevistas... -continuó mamá, indecisa-. Nosotros no teníamos padres famosos.
Papá le lanzó una mirada y sonrió.
-Ahí sí estoy de acuerdo con mamá. Creo que no hace falta que hagáis las entrevistas. Lo que quieran saber, nos lo pueden preguntar a nosotros cuando concedamos las nuestras -la apoyó papá.
Entonces ella bajó los hombros y pude comprobar cómo se relajaba. ¿Tan mal se lo había hecho pasar la prensa, para que ahora se tensara tanto? Yo siempre la había visto salir bastante airosa... ¿O era miedo por lo que nos pudiera pasar a nosotros?
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Una voz compartida
FanficAmaia y Alfred han empezado a formar una familia, pero nadie decía que fuera a ser un camino fácil. Después de haber superado por completo el accidente, y ahora con Emma, Alejandro y Helga en sus vidas, los cinco se disponen a seguir adelante, a pe...